5 bombones condensan los sabores de la gastronomía valenciana
Porque chocolate y gastronomía son dos conceptos que van de la mano. De hecho, el cacao tiene un sabor tan complejo que, si mezclamos los elementos de manera adecuada, se pueden obtener mezclas asombrosas que estimulan el paladar con nuevas sensaciones.
Si a esto añadimos gustos tan valencianos como la chufa, la naranja o el arroz tenemos como resultado una serie de cinco bombones que condensan los sabores más representativos de esta gastronomía.
- Bombón de horchata: El chocolate blanco, como base de esta delicia, se funde con cada uno de los ingredientes (chufa, agua y azúcar) que conforman este típico líquido valenciano que fascina a turistas y autóctonos a partes iguales y que ahora también se puede degustar bajo esta cobertura.
- Bombón de leche merengada: Original, novedoso y equilibrado conjuga a la perfección el sabor de la canela y el limón. Ingredientes básicos de esta refrescante bebida que se consume principalmente en temporada estival.
- Bombón de agua de Valencia: Una exquisita armonía fruto de la atrevida combinación entre el ácido de la ginebra, el vodka y el cava con el dulce del cacao, tomando como referencia principal la naranja. Un bombón coronado por una fina capa de pintura que le conferirle un aspecto único.
- Bombón de mistela: La preparación de bombones pasa en algunos casos por la introducción de un licor para que su aroma estalle, tras fundirse la capa exterior del bombón, con el calor del paladar. En este caso, el licor escogido es la mistela, un vino dulce muy conocido en Valencia compuesto por zumo de uva, aguardiente, azúcar, clavo o café molido o en grano.
- Bombón de paella: Sin duda, estamos ante la más curiosa de todas las variedades porque utiliza como base la misma preparación de una paella para posteriormente triturar el resultado y combinarlo con el chocolate. Una tarea nada fácil de conseguir por la utilización de ingredientes que están fuera de su contexto. Pero quienes lo prueban repiten ya que se ha logrado un sabor que supera cualquier expectativa. Un auténtico bocado valenciano donde los más sibaritas llegan a reconocer incluso el sabor de la judía verde.
Elaboración
Cinco exóticos bocados resultado de un maridaje único, a base de productos naturales, donde se utilizan como ingredientes principales la manteca de cacao y el chocolate belga. Por eso su modo de elaboración es muy similar.
- Se calienta el chocolate a 45 ºC y posteriormente se atempera o, lo que es lo mismo, se le baja la temperatura removiéndolo sobre una superficie plana con una espátula.
- Una vez enfriado a la temperatura adecuada (chocolate blanco 28 ºC, con leche 30 ºC y negro 32 ºC) se devuelve a un bol que nos ayudará a rellenar el molde que será vaciado a continuación. A este proceso se le llama ‘encamisado’ ya que únicamente se queda chocolate en las paredes del mismo teniendo el vacío perfecto para introducir el relleno y sellarlo a temperatura ambiente.
Leyla Ruiz es la pastelera que ha sido capaz de capturar en sus creaciones estos sabores inimaginables y arriesgados. Proveniente de una familia con una larga tradición en el mundo de la panadería, esta joven de 29 años tuvo muy claro que quería añadir un plus a este linaje y convertirse en pastelera. A su empuje, y a un don innato, sumó una amplia fobomrmación en prestigiosos centros tanto nacionales como internacionales que le dieron la oportunidad de aprender con maestros de la talla del francés Pierre Hermé, considerado por muchos como el ‘Picasso de la pastelería’.
Ahora, desde su pequeño obrador en el Barrio del Carmen de Valencia, elabora estas delicias que según afirma se consumen de forma habitual por clientes y turistas que van a su taller en busca de los afamados bombones. Y es que en la actualidad, el chocolate traspasa fronteras pasando a ser un componente con muchas posibilidades en la gastronomía del siglo XXI.