5 snacks originales para un picoteo fácil y saludable
Picoteo. La palabra es polémica. La primera imagen que nos viene a la cabeza cuando pensamos en comida para consumir entre horas es la de aceitosas patatas chip o la de cacahuetes rancios en un bar.
El picoteo tiene mala fama, y no lo merece, porque bien hecho –en el contexto de una dieta adecuada, claro, y con un poco de cabeza– no sólo puede ser sano, sino también resultar delicioso.
Lo cierto es que es aún una de las asignaturas pendientes de la industria alimentaria, porque aunque la tortita de arroz se vista de seda, en textura de cartón se queda. Pero en casa podemos prepararnos algunas minitapas que nos sacien, acompañen a una buena cerveza y que además nos sienten bien. Ahí van algunas ideas:
1- Encurtidos. Los encurtidos tienen un coste calórico irrisorio y son divertidos, gustosos y variados. Elígelos de buena calidad, porque si no el golpe del vinagre puede enmascarar el sabor de las verduras y de cualquier cosa que bebas. Acompáñalos de unas pocas aceitunas, y aderézalos con algo de picante o con pimentón. También debes controlar a través de la etiqueta la cantidad de sal que llevan, porque ése suele ser su talón de Aquiles nutricional.
2- Palomitas gourmet. ¿Quién dice que el microondas es un mal invento? Desde que las palomitas ya no se fríen, comer un pequeño bol de ellas se puede hacer con toda la tranquilidad. No te vuelvas loco con la sal, y sustitúyela, por ejemplo, por curry, una cucharada de parmesano o sésamo. El maíz contiene bastante vitamina B, por lo que un puñado de palomitas te ayudará a combatir el cansancio hasta la hora de la cena.
3- ¿Ganas de helado? Si eres previsor y/o ahorrativo, está al alcance de tu mano. Congela los plátanos chuchurríos, y simplemente, dejándolos descongelar diez minutos y triturándolos, tendrás un helado de campeonato. Puedes añadirles sabor con una cucharada de cacao. Los plátanos son ricos en potasio, un mineral esencial para la salud de nuestros músculos (y, en especial, la de nuestro corazón). Además, el plátano es un gran amigo de la salud de nuestro estómago por su gran contenido en fibra.
4- Garbanzos tostados. ¿Qué el cuerpo nos pide algo tostado y crujiente? No hay problema. Abrimos un bote de garbanzos. Los escurrimos y secamos bien con un papel de cocina, y los tostamos en el horno una media hora, dándoles la vuelta de vez en cuando hasta que queden crujientes. Los dejamos enfríar. Una cucharada de aceite y un poco de sal en escamas y a disfrutar. El alto contenido en proteínas de las legumbres hace de ellas un producto saciante, lo que las hace muy adecuadas para el picoteo.
5- Crudités con pesto ligero. Trituramos una latita de pimientos asados con un manojo de albahaca, un ajo, un poco de limón (y quizás una pizca de azúcar), y tenemos un pesto del que no podrás dejar de picar. Los pimientos, por cierto, tienen mucha vitamina C, y además pueden presumir de ser una fuente de licopeno, que nos protege del cáncer.