Bebidas probióticas, las aliadas de la salud intestinal
Los probióticos son microorganismos que pueden mejorar la salud de una persona. Al equilibrar la microflora del intestino desempeñan un papel importante en la regulación de la función intestinal y la digestión. El cuerpo humano contiene aproximadamente 1,5 kg de bacterias probióticas. A esta gran cantidad de bacterias y microorganismos imprescindibles para el funcionamiento de nuestro cuerpo se le denomina microbiota.
La Organización Mundial de la Salud define estas bacterias "buenas" como "microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped".
Los probióticos se consumen en alimentos fermentados con cultivos vivos activos y en bebidas. Ya conocemos alimentos probióticos con numerosos beneficios como el yogurt, las aceitunas y encurtidos, el kimchi, el chucrut, el queso crudo, el miso y el tempeh. Recientemente les ha llegado el turno a las bebidas. Una opción es tomar nuestras bebidas favoritas con suplementos en cápsulas, líquidos y polvos de farmacia o herbolario, aunque nosotros siempre optamos por la vía más natural, sencilla y económica, para lo cual no hay nada mejor que las bebidas probióticas de origen natural.
Cada vez hay productos más novedosos que utilizan las técnicas de fermentación de nuestros ancestros y llenan los estantes de nuestras tiendas de productos naturales con una variedad infinita de sabores y texturas. Su contenido en alcohol es mínimo y sus burbujas los hacen muy refrescantes y una alternativa ideal y más sana que los refrescos de soda.
Origen
Los probióticos se originaron (involuntariamente) hace siglos, cuando la gente advirtió por primera vez los efectos beneficiosos para la salud de consumir alimentos fermentados. La fermentación es el proceso metabólico por el cual un organismo convierte un carbohidrato, típicamente almidón o azúcar, en alcohol o ácido. Estos subproductos metabólicos reducen el pH y tienen una serie de otros efectos que evitan el deterioro de los alimentos. El término fermentación se deriva de fermentum, palabra latina que significa hervir. El nombre proviene de la observación de las burbujas que producen las mezclas de uvas presionadas que se guardan en grandes recipientes como si estuvieran hirviendo.
Se cree que la fermentación se originó en la gran civilización del valle del Indo, alrededor del actual Pakistán. Varios artilugios sugieren que la fermentación era conocida desde la antigüedad en Egipto y el Medio Oriente. Los primeros registros de fermentación datan del año 6.000 a.C. en la región del Creciente Fértil de la Baja Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates. Los productos lácteos fermentados egipcios tradicionales, Laban Rayeb y Laban Khad, se consumían ya en el año 7000 a.C.
Aunque la serendipia probablemente jugó un papel importante en la génesis de la fermentación, el proceso se hizo popular no solo porque conservaba los alimentos, sino también porque proporcionaba una variedad de sabores y mejoraba la digestión. Se propagó a través de generaciones por medio de la comunicación oral. En la Edad Media, la gente consumía una amplia variedad de alimentos y bebidas fermentadas.
Diferencia entre prebióticos y probióticos
Los prebióticos son una sustancia sin vida que potencian los efectos beneficiosos de los microorganismos presentes en los probióticos. La clínica Mayo define los prebióticos como fibras vegetales específicas que actúan como fertilizantes y estimulan el crecimiento de bacterias saludables en los intestinos.
Los prebióticos se encuentran en muchas frutas y vegetales, especialmente, en los que contienen carbohidratos complejos, como fibra y almidón resistente. El cuerpo no puede digerir estos carbohidratos, por lo que atraviesan el aparato digestivo para convertirse en alimento para las bacterias y otros microbios. Un ejemplo pueden ser las alcachofas, los espárragos, el ajo, el puerro, la cebolla, la cebada…
Tipos de bebidas probióticas
-Kéfir
La palabra Kéfir viene del turco keif que quiere decir sensación de bienestar. Se puede elaborar kéfir de agua (filtrada o de manantial) y kéfir de leche a partir de granos que se compran por internet o en tiendas de productos naturales. Si deseamos añadir más sabores lo podemos hacer en una segunda fermentación. De este modo podremos elaborar kéfir de agua de coco, con fresas, piña, sandía y menta o batidos con kéfir, entre otras muchas opciones.
-Kombucha
De ella ya hemos hablado en otra ocasión. Se trata de una bebida fermentada elaborada a partir de un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras, té negro o verde y azúcar (preferiblemente orgánico o sin refinar). Nos encantan las sugerencias de Caroline Hwang, en su libro Bebidas Probióticas, 67 Recetas para un Intestino Feliz, como la kombucha sidrera, de hibisco y lima, cítrica invernal o de naranja o zanahoria.
-Jun
Su cultivo se parece al de la kombucha pero se elabora con té verde o blanco y miel. El jun es más suave, ligero y delicado que la kombucha. Caroline Hwang nos propone añadirle en una segunda fermentación frutos rojos, lavanda, arándanos…
-Kvas
Es una bebida típica del Este de Europa. Se confecciona con pan de centeno o malta, agua y azúcar. En sus versiones más modernas se le añaden bayas, frutas, hortalizas o raíces. Posee un sabor agrio y se elabora a partir de la fermentación espontánea al igual que el tepache. Hoy en día está de moda el kvas de remolacha, que tiene un toque salado y terroso.
-Tepache
Es una bebida originaria de México. En la época prehispánica se hacía con maíz, sin embargo, hoy en día se elabora con el jugo y la cáscara de diversas frutas, si bien la más tradicional es la de piña y piloncillo (azúcar moreno en forma de cono truncado). Se puede hacer con combinaciones más exóticas todavía como moras y vainilla o lavanda y limón.
-Kanji
Originaria de la India, esta bebida fermentada se elabora con remolachas, zanahorias, agua, cayena, sal y pimienta negra. Es típica del festival Holi y guarda un parecido razonable al Şalgam turco que se confecciona con salmuera agria y encurtidos de zanahoria morada, que han sido salados, especiados y aromatizados con nabo aromático fermentados en barriles con bulgur molido y sal de roca.
-Boza
Históricamente proviene de Mesopotamia y Anatolia. Es una bebida fermentada a base de cereales, principalmente trigo, y es típica de los Balcanes, Oriente Medio, Turquía, Egipto y de algunos países caucásicos. Se sirve con un toque de jengibre y canela.
-Rejuvelac
Esta bebida fermentada a base de agua, granos de cereal integral y ecológico germinados, fue creada por la defensora del crudivorismo, Ann Wigmore. Es una bebida ideal para aquellos que tienen intolerancia a la levadura de otras bebidas fermentadas.
-Limonada lacto fermentada
Es un ejemplo de refresco elaborado con suero lácteo (derivado del yogur y del kéfir). Se elabora con agua, miel, zumo exprimido y suero lácteo. Es ideal para la primavera o el verano.
-Bebidas lácteas
Como el yogur bebible con Bifidobacterium y Lactobacillus que aportan entre 5 y 10 billones de cultivos vivos. Se recomienda su consumo por las mañanas. Otra opción es la leche de soja probiótica con cultivos vivos y activos.
Beneficios
Se están llevando a cabo varios estudios de laboratorio y ensayos clínicos para evaluar la seguridad y eficacia de los probióticos en varias enfermedades. Uno de los mayores desafíos que encontramos ahora en los probióticos es la extrapolación de los efectos inmunomoduladores encontrados en estudios de laboratorio con animales a los resultados en ensayos en humanos.
Los probióticos parecen tener un papel prometedor en la prevención de infecciones, en el tratamiento de enfermedades intestinales e inflamatorias y en el síndrome del intestino irritable.
Si se desea elaborar estas bebidas en casa recomendamos algunos libros, como los que han servido de referencia en este artículo, donde nos dan consejos sobre los materiales que necesitamos, la limpieza, los tiempos de fermentación, los días de descanso, las precauciones que debemos adoptar, las diferentes etapas de la fermentación, la temperatura y la luz, los problemas que podemos encontrar en el proceso, la carbonatación y el gas y la vida útil de cada bebida.
Siempre es importante recordar que si no se ha probado antes este tipo de bebidas es recomendable consultarlo con el médico antes de ingerirlas en pequeñas cantidades para observar sus efectos en nuestro cuerpo.