El ‘tomate del país’, el rico tomate de temporada
Pikoluze, Loidi, Rosado de Aretxabaleta, Saint Michel, Plano de Erandio, Igeldo, Karkiano… son muchas las variedades autóctonas de tomate que existen en el País Vasco. A este producto, cuando es de temporada, plantado y recolectado en los huertos del País Vasco, se le denomina popularmente como ‘tomate del país’. Una hortaliza muy apreciada y esperada por el consumidor vasco por estas fechas, sobre todo por su intenso sabor, carnosidad, pulpa firme así como por su interior exento de huecos.
Todas estas clases de tomate mencionadas anteriormente son ‘razas puras’ que poco a poco están consiguiendo cada vez mayor presencia en las huertas vascas, debido a la concienciación de los agricultores por trabajar con producto autóctono. De todos modos, las variedades más cultivadas actualmente por los productores son Jack y Robin, dos tipos de tomate de fuera del País Vasco, pero muy extendidos en nuestras huertas por su fácil manejabilidad y productividad.
El tomate es un producto originario de América que en el País Vasco es una de las reinas de los mercados en temporada de verano. No en vano, gracias a las abundantes precipitaciones y suave clima de la primavera vasca, concretamente, los días de finales de marzo y principios de abril son óptimos para la siembra de este producto –muchos agricultores plantan directamente pequeñas plantas-, con lo que la primera cosecha se comienza a recoger a finales de junio.
La segunda plantación se realiza a finales de julio para que, de este modo, los caseríos vascos dispongan de tomate durante el verano y otoño hasta la llegada de las primeras heladas, siempre y cuando se planten en invernadero, para así evitar la famosa ‘roña’ -en euskera, erdoila o xartaxa- que aparece por las lluvias. El tomate, obviamente, también se suele plantar al aire libre en las huertas, incluso estos últimos años se ha puesto de moda plantarlo en macetas en balcones urbanos, pero su temporada es mucho más corta. También hay quienes optan por plantar sus tomates en invernadero pero no en tierra, sino en sacos de lana de roca o fibra de coco, concretamente.
En el mercado existen tomates con sello Eusko Label, marca dirigida por la Fundacion Kalitatea que gestiona los productos de label vasco de calidad. Bajo el denominado Label Vasco de Calidad Alimentaria ‘Tomate de Calidad del País Vasco’, estas hortalizas se encuentran, exactamente, cultivadas en nuestra tierra de manera respetuosa con el medio ambiente y se venden envasadas en bandejas o vendidas a peso, pero siempre con su distintivo Label, una etiqueta con su logotipo correspondiente y símbolo de Kalitatea.
Mejor, madurado en mata
Además de la importancia de la clase de tomate, dicen que el mejor es el que ha madurado en la mata; no en vano, el momento de su recolección es de suma importancia, puesto que cuanto más tiempo se le deja al tomate en la mata, al parecer, más y mejor sabor tendrá después.
Sin embargo, existen distribuidores y vendedores que prefieren recibir tomates semiverdes, ya que esto facilita su transporte y su posterior venta por encontrarse más duros y por ello van madurando durante días en cámara frigorífica. No obstante, se ha demostrado que el tomate pierde cualidades gustativas cuando es conservado durante días en cámaras frigoríficas.
Mucho del tomate que llega al País Vasco es importado desde Almería y Holanda. De los más caros –es menos productivo que otros tipos- es el de la variedad Raf, que es el primero en llegar a nuestras tiendas, es decir, antes de la primavera. Se trata, concretamente, de un tomate estimado por su dulzor, de color verdoso, con estrías pronunciadas, que se cultiva en el sur de España. El tomate holandés, en cambio, es generalmente el de racimo de color rojo oscuro.
Por su parte, los productores ecológicos vascos apuestan por una agricultura sin distancias y transportes. Cada vez más se están decantando por emplear la variedad llamada ‘Rosado de Aretxabaleta’, también denominada ‘morado de Aretxabaleta’, ‘borracho’, ‘mozkorra’ o ‘Aretxabaletako larrosa’.
De hecho, esta es una ‘raza’ cada vez más apreciada, pero de difícil distribución por las características tan particulares que posee: se trata de un tomate carnoso, sabroso, de gran tamaño, de poca semilla y piel muy fina, lo cual la hace complicada para transportar. De todos modos, en los últimos años se está llevando a cabo un plan de selección y mejora de dicha variedad autóctona y, por si esto fuera poco, cada vez son más los agricultores que eligen este u otro tipo de tomate local con el que plantar sus huertas y ofrecerlo después en nuestros mercados vascos.