Mercado del Cabanyal: la tradición de un mercado con alma que mira al mar
En este espacio no sólo el producto es importante sino también la cercanía y complicidad que los tenderos establecen con cada uno de sus clientes. Es un mercado con alma y bullicio que te envuelve nada más cruzar alguna de las 3 puertas que lo coronan.
Ya en el año 1833 los primeros puestos de venta ambulante se situaban en los alrededores del actual Mercado pero no fue hasta 1869 cuando se construye un edificio como tal para albergar los puestos que iban creciendo en torno a este enclave. El responsable del proyecto fue Vicente Bochons, el maestro de obras que construyó el chalet de Blasco Ibáñez y que contaba con 52 puestos. Pero el aumento de población y la vetustez del recinto creó la necesidad de construir una nueva infraestructura, la actual, de unos 3.550 metros cuadrados, que fue inaugurada el día 2 de julio de 1958 y que hoy por hoy cuenta con más de cuatrocientos puestos.
Puestos que, en la mayoría de ocasiones, han pasado de generación en generación como es el caso de Pescados Bianca que ya cuenta con su cuarta generación al frente del negocio y es una de las paradas más antiguas. Mucho ha llovido desde entonces, pero en la actualidad siguen ofreciendo el mejor género fresco, traído de las mejores zonas de España, además de elaborar productos propios como sus ya famosas minicroquetas.
Un mercado que se adapta mejorando y modernizando sus servicios día a día, adecuándolos a la demanda de unos clientes cada vez más exigentes. Por ello han desarrollado la venta online y el reparto a domicilio.
Pero si en algo se caracteriza el Mercado del Cabanyal es por la “tira de contar” o lo que es lo mismo, la venta directa del agricultor al consumidor, especialidad que data del siglo XII. De esta manera, el cliente compra el producto recién recolectado de la huerta y a un precio menor. Normalmente cada agricultor cuenta con dos o tres productos fijos con los que fideliza, se diferencia y se adapta a la demanda. Estos puestos se colocan en las fachadas exteriores del Mercado de jueves a sábado ya que son estos los 3 días fuertes de venta en El Cabanyal. Es el único mercado de Valencia que posee esta peculiar forma de venta.
En cuanto al producto, la especialidad de este mercado ha sido siempre el pescado. Su calidad es inmejorable debido a la cercanía del Puerto de Valencia y a la gran tradición pesquera del barrio. Por ello, son muchas las familias de toda la ciudad que van exclusivamente a dejarse aconsejar por los tenderos y adquirir las mejores piezas. Su calidad, y sobre todo la herencia histórica de pescadores que, con sus llamadas y exclamaciones hacia el cliente, le dan a este mercado una exquisita nota de alegría y humor.
Por todo esto, es un verdadero placer pasear por sus puestos donde las frutas y las verduras comparten protagonismo con las carnes y hueverías que regentan generaciones de Cabanyaleros. Puntos donde las tradicionales clóchinas de Valencia comparten espacio con la sepia bruta típica de las playas valencianas y otros pescados llegados de las lonjas del Mediterráneo. Esta oferta se completa con salazones, embutidos y conservas. Incluso, con algunos artículos más diferenciadores como la venta de caracoles, los productos ecológicos o el arroz valenciano a granel.
Sin duda, merece la pena dejarse caer por este Mercado y disfrutar tanto de su amplia oferta en alimentación como del ambiente marítimo y cercano de su gente.