Un paseo gastronómico por la ruta de tapas 'Saborea Granada'
Se nota que aquí se toman el tema de las tapas en serio, y nos encontramos con una creatividad y ejecución fuera de lo común en las diferentes tapas que hemos probado de la ruta 'Saborea Granada'.
La primera parada la hacemos en el restaurante Oleum (calle San Antón 81), que ofrece un canelón de cordero segureño, con mango de Motril, quinoa y puré de calabaza cortijera (en la imagen de apertura).
Una sabrosa tapa en la que cada ingrediente tiene su papel, empezando por el cordero segureño que, además de marcar su origen granadino, aporta ese sabor de asado de toda la vida, pero de manera sutil y delicada, y contrapuesto a la dulce acidez del mango de Motril, que de nuevo nos recuerda donde estamos. La quinoa, tan de moda últimamente, y la calabaza acompañan a la perfección a una tapa sabrosa, compleja y redonda.
El restaurante Secreto de Humphrey (calle General Narvaez 3) nos cuenta un sugerente cuento con "la sardina que no quería nadar". Una original manera de presentar una sardina marinada, elaborada de manera irreprochable, con sabor y textura exquisita, acompañada de elementos "terrestres" como una tosta con salmorejo, setas (senderuelos) "osmotizadas" con naranja y brotes de cebolla que, sobre dos patatas se elevan sobre el "mar" azul del fondo del plato.
De nuevo nos encontramos con una tapa muy pensada, y cuyo resultado es notable, no solo en su magnífica presentación y excelente sabor, sino por responder perfectamente al concepto de "tapa moderna", que, gracias a la tosta de pan, podemos comer con la mano.
La sardina vuelve a ser protagonista en el restaurante Oliver (plaza Pescadería 12), pero esta vez en un rico escabeche casero, y con una puesta en escena espectacular, que incluye red de pesca y una gelatina de limón y naranja teñida de azul turquesa que realza el carácter marino del plato.
Se agradece la apuesta por el escabeche, una preparación que ha caído en desuso, y que en Oliver lo preparan magníficamente y, además, combina muy bien con la cerveza.
Mi ruta particular concluyó en la Alacena de las Monjas (plaza Padre Suarez 5) y su gyoza de cordero segureño, ¡bien! de nuevo eligiendo productos locales, con espuma de yogurt y pepino, salsa de soja y aceite de chile.
Riquísima combinación, me parece que es todo un acierto mezclar estas delicadas empanadillas japonesas con el cordero, y con el el exótico toque que le da la soja y el chile. Y de nuevo aciertan al ser un plato muy de "picoteo", que se puede, y debe, comer con las manos.