Cómo preparar las mejores patatas fritas
Tienen su propio Día Mundial, el 31 de marzo, e incluso existe un museo dedicado a las patatas fritas en la famosa y pintoresca localidad belga de Brujas. Se comen solas, combinadas con mostaza y/o ketchup y como acompañamiento de infinidad de platos. Aunque los bastones suelen ser la típica forma en que se sirven, no es la única. En dados, en gajos o en forma de chips, las siempre deliciosas patatas fritas se pueden preparar de mil y una maneras. Te damos algunas ideas -y trucos- para que disfrutes de este versátil tubérculo, cuyo principal país consumidor es Alemania, y que da tanto juego en gastronomía.
Preparar unas buenas patatas fritas requiere de cierta técnica y hay que tener en cuenta el cuchillo, la variedad de patata, la temperatura y el aceite utilizado. Cuatro elementos clave para que no se sequen ni queden crudas, sino crujientes e irresistibles. Una de las principales ventajas de este tubérculo, descubierto hace unos 7.000 años en América del Sur, es que resulta fácilmente manejable, por lo que se puede moldear con facilidad.
Las de toda la vida
Auténticas, con personalidad y siempre tentadoras, las patatas fritas que tenemos en mente cuando pronunciamos su nombre son estas. Bastones irregulares surgidos de cortar las patatas en rodajas y luego en tiras. El objetivo es lograr un exterior crujiente y un interior jugoso y algo cremoso. ¿Cómo? ¡Toma nota de esta receta para 4 personas!
Ingredientes:
4 patatas, aceite de oliva virgen extra y sal al gusto.
Preparación:
Primero de todo, elegimos un tipo de patata que sea para freír -Monalisa y Kennebec son dos buenas opciones-. A continuación, las pelamos y cortamos en rodajas de 1 centímetro de grosor y, estas, a su vez, en bastones de 1 cm de ancho y una longitud de entre 7 y 15 cm (a tu gusto).
Una buena opción es dejarlas 15 minutos en remojo para eliminar parte del almidón y evitar que se peguen entre sí cuando las freímos. Después, las espolvoreamos con un poco de sal y mezclamos bien con las manos para que quede bien repartida la sal.
Preparamos dos sartenes para realizar una fritura en dos tiempos a dos temperaturas, la mejor manera de que queden perfectas. En la primera, las freimos a unos 140º durante 7 u 8 minutos y, en la segunda sartén, colocamos las patatas crujientes y las freímos a 190º durante 5 minutos más. Con el cambio de temperatura se incrementa la sensación de crujiente mientras siguen quedando confitadas por dentro. Una vez listas, las dejamos reposar en un plato con papel absorbente de cocina para retirar el exceso de aceite y les echamos un poquito de sal. Podemos comerlas así o aliñarlas con alguna salsa.
¡Benditas bravas!
Sin duda, las bravas son una de las tapas más reclamadas -y alabadas- de nuestra gastronomía. La manera de prepararlas y la salsa que se añade distinguen a unas de otras. ¡Deléitate con la receta de estas deliciosas bravas!
Ingredientes:
4 patatas de freír medianas, aceite de oliva virgen extra y sal al gusto.
Para la salsa brava: 2 cucharadas de postre de pimentón, 1 cucharada de postre de tabasco, 1 cucharada sopera de vinagre, 200 g de tomate frito, guindilla (opcional) y una pizca de sal.
Preparación:
Pelamos las patatas en forma de dados irregulares de unos 3 centímetros de tamaño y dejamos que reposen 15 minutos en agua.
Mientras, preparamos la salsa. Para ello, ponemos tres cucharadas de aceite en una cazuela pequeña y, cuando esté caliente se le añade el pimentón, el tabasco, el vinagre y la guindilla (si decides añadirla). Removemos y dejamos que el pimentón se haga durante unos 10 o 15 segundos para evitar que se queme o amargue. A continuación, incorporamos este preparado junto con el tomate frito en el vaso de la batidora y batimos. ¡Ya está lista la salsa!
Seguimos con las patatas. Tras sacarlas del agua, las secamos y las colocamos en una sartén con abundante aceite caliente. Freímos primero a fuego medio y, cuando estén blandas, aumentamos la temperatura al máximo para que queden blandas por dentro y crujientes por fuera. ¡Listas para ser regadas por la deliciosa salsa brava!
Patatas suflé, la mejor guarnición
Están en un estatus superior y su elaboración requiere de una técnica más cuidada. Las patatas suflé son una crujiente y sibarita opción que cautiva a la vista y al paladar por su refinado aspecto y sabor. Aprende a prepararlas y sorprende a los tuyos con esta elegante guarnición, ideal para acompañar platos tan típicos como una paletilla de cordero o una lubina al horno.
Ingredientes:
2-3 patatas medianas, aceite de oliva virgen extra y sal al gusto.
Preparación:
Pelamos las patatas y cortamos finas láminas de unos 3 milímetros de grosor, que luego partiremos por la mitad para conseguir unos cuadrados.
Las dejamos en remojo 10 minutos, las secamos y freímos las patatas primero a 120ºC. Cuando empiecen a estar pochadas, las pasamos a aceite a 180ºC para que suflen y se hinchen, de manera que el interior quede vacío y, el exterior, crujiente y dorado. ¿Listo para escuchar su irresistible crack y devorarlas?