'Inglesitos', el mítico dulce donostiarra del siglo XIX
No es una torta, ni una pasta, ni un pastel. Son los ‘Inglesitos’, antaño también conocidos como ‘Ingleses’, pero que actualmente se comercializan bajo dicho primer nombre en las pastelerías que la empresa Casa Aramendia dispone en Donostia. Pese a tener más locales en Gipuzkoa, solamente los ofertan en la capital por ser un producto íntimamente ligado a la villa; y así quieren que siga siendo.
No en vano, fue la mítica panadería Rich la que puso a la venta desde sus inicios este dulce a principios del siglo XIX, es decir, en el año 1900, aproximadamente. Para mayor precisión, Casa Aramendia, que en 2013 tomó el relevo de su producción tras el inminente cierre de las antiguas panaderías Rich, nos confirma que disponen de sus antiguas licencias, fechadas en el año 1914. Ahora, la elaboración de estos singulares dulces corre a cargo de la segunda empresa. Un original artículo sumamente sabroso, no extremadamente fino por su historia y forma de elaboración, pero de gran consistencia y masa.
Pero, ¿cómo surgió el producto? Odriozola y Berridi, propietarios de Rich, tomaron la receta de algún familiar que los elaboraba en casa a partir de pan duro y azúcar. Dicha receta la modificaron para pasar a elaborarlos con bollería. Fue todo un éxito y ha sido un auténtico emblema en la centenaria trayectoria de la vieja marca. Tanto, que Casa Aramendia heredó incluso la antigua maquina original que Rich tenía para confeccionarlos y es así como hoy en día los elabora durante todo el año: la misma receta con el mismo método de elaboración en la misma máquina; todo sigue igual. La única diferencia es que Casa Aramendia no emplea la bollería del día anterior para su creación, sino que elabora la masa expresamente para estos dulces.
Su característico nombre tiene también su razón de ser: Según indican desde Casa Aramendia, su historia se remonta al 31 de agosto de 1813, cuando las tropas anglo-portuguesas, comandadas por el duque de Wellington, redujeron prácticamente toda Donostia a cenizas para expulsar al ejército francés de la misma. Por ende, los años posteriores fueron terribles para los habitantes de San Sebastián; el hambre y la necesidad hicieron agudizar el ingenio y aprovecharlo todo. De ahí surge este dulce, ya que de las sobras de pan se ideó, al parecer, la receta original de los ‘Inglesitos’, añadiéndole azúcar, claro. Y a modo de burla, denuncia o venganza, los bautizaron como ‘Ingleses’, ahora ‘Inglesitos’.
También de chocolate
Los ‘Inglesitos’ siempre se han comprado por unidades y así sigue siendo a día de hoy. Expuestos en los escaparates de las pastelerías, ahora también se pueden encontrar de chocolate, pero únicamente los fines de semana. De hecho, esta es la novedad o evolución que le ha aportado Casa Aramendia al popular artículo: todos los viernes realizan una partida de 'Inglesitos' de chocolate para su venta, concretamente, el fin de semana.
Un artículo, además, que en Casa Aramendia no lo catalogan como pastel, pasta o torta. Los 'Inglesitos' son algo aparte, distinto por todo, ya que tampoco se suelen consumir como postre, más bien como entretiempo; algunos los degustan como merienda y hay incluso quien los compra como acompañamiento del café o té.
Un producto, por tanto, tan singular como local, tan mítico como novedoso y tan histórico como actual para un mundo gastronómico donde la diferencia es cada vez más difícil de conquistar; y los ‘Inglesitos’ lo tienen todo. Porque, al fin y al cabo, la venganza es un plato que se sirve dulce.