Placeres cerca del mar

1 Julio, 2012
Gastronosfera
El verano nos permite disfrutar de momentos irrepetibles, y muchos de ellos los compartimos con el mar, relajados en una terraza o restaurante con aroma a sal. Más allá de las terrazas y locales de verano efímeros que cada año atraen a miles de turistas cerca del mar, el litoral catalán cuenta con un amplio abanico de bares y restaurantes de toda la vida que ya forman parte de nuestro paisaje marítimo. Compartir comida o  conversación a la orilla del mar, o simplemente disfrutar en soledad de su encanto, es lo que nos ofrecen los locales de costa. El Bar Cala Banys, en Lloret de Mar, es uno de los parajes más mágicos de la Costa Brava. Escondido entre la vegetación mediterránea propia de esta zona desde 1967, descubrimos un bar integrado dentro de la roca de la cala y con una espectacular terraza sobre el mar entre Lloret y Blanes. Aquí no se sirven comidas, es un bar abierto desde primera hora de la mañana hasta las tres de la madrugada desde finales de marzo hasta finales de octubre. Seguimos en la Costa Brava, pero legamos hasta Cadaqués. Allí es halla el Bar Boia, uno de los locales más emblemáticos e históricos del Alt Empordà, abierto en 1947. El restaurante està dirigido en la actualidad por Pere Vehí, tercera generación del propietario originari. La Boia es un bar donde tomar una cerveza y unas tapas en pleno centro del passeig de Cadaqués, delante de su magnífica playa emulando a los ilustres personajes que han pasado por el local a lo largo de la historia, como Salvador Dalí, Josep Pla, J.V. Foix o Marcel Duchamp. En la costa de Tarragona, en Salou, se halla el restaurante La Goleta. Emilio Vicente inauguró el local en 1985, un restaurante marinero situado en la misma playa de Capellans de Salou. Y si nos detenemos en Barcelona, encontramos L’Escamarlà. Los amplios ventanales abiertos en verano permiten disfrutar el mar desde una perspectiva privilegiada. También en el Passeig Marítim, pero el de la Barceloneta y a pie de playa, se encuentra Ca la Nuri Platja. Además de todo tipo de platos marineros –con una recomendación especial para las cáscaras– lo que hace especial este restaurante, abierto en 2003, es la posibilidad de pisar la arena mientras disfrutamos de su comida. Texto de Laia Aranda