Apenas media hora a pie y menos de 10 minutos en bicicleta separan los dos locales de Cacho. El primero, ubicado en Poblenou, abrió sus puertas en marzo del año pasado, 4 días antes del estado de alarma. El nuevo Cacho, situado en el Distrito 22@, lo hizo a principios de mayo de este año, coincidiendo con el fin de este. Dos apuestas arriesgadas con una filosofía común: ofrecer platos saludables con ingredientes frescos y de temporada y apostar por la sostenibilidad y los productos locales.
Unas lustrosas plantas verdes rodean la amplia terraza del nuevo restaurante y rompen con el gris predominante de los edificios y oficinas de alrededor. Una zona empresarial y emergente que cuenta desde hace un par de meses con una propuesta gastronómica que la hace muy apetecible para quienes trabajan cerca.
Bollería casera y bebidas ecológicas
En Cacho 22@, como así llama al nuevo local Andrea Di Gioia, uno de sus socios, cuentan con una amplia variedad de opciones para desayunar o tomar a media mañana. Focaccias, cinnamon rolls (rollitos de canela), bizcochos caseros, un pastel de limón y amapola y distintos tramezzini (unos sándwiches de miga rellenos) son algunas de las delicias que asoman por el escaparate cuando entras a Cacho. Zumos frescos, limonada casera, kombuchas artesanas y un café ecológico y sostenible, tostado en Manresa, son el acompañamiento ideal para esos bocados dulces y salados.
Las comidas mantienen la esencia original de Cacho. Cada persona elige las raciones que quiere con los ingredientes que el local tiene a la vista y forma su Cacho plato, como así le llaman. Cada uno puede incluir tres o cuatro raciones, a gusto del comensal. Como novedad, este nuevo local incluye distintas variedades de pescado, como la corvina y el salmón, entre sus propuestas.
Cacho cambia su carta cada dos semanas, pero siempre tiene una base de verduras, una de legumbres y cereales y otra de carne. También ofrece una gran variedad de productos veganos y vegetarianos, así como la opción de elaborar todos los sándwiches con pan sin gluten.
Si queremos incorporar proteína animal a nuestro Cacho plato, podemos pedirnos la típica porchetta italiana, que elaboran de forma casera, horneándola a baja temperatura durante 8 horas, el pollo al limón o la bondiola a la cerveza (un producto de charcutería elaborado con carne de cerdo). Pueden acompañar a estas variedades carnívoras opciones vegetarianas como el bulgur, el humus de garbanzos, la ensalada griega o las zanahorias asadas.
En la terraza o para llevar
Una vez elegido nuestro Cacho plato, podemos disfrutarlo al aire libre, en su terraza, o en la oficina, una opción también muy recurrida, por la ubicación del local. Si hemos de comer en el trabajo, podemos llevarnos la comida en un envase sostenible o bien en uno reutilizable y retornable que podemos comprar allí mismo y con el que nos descontarán 50 céntimos cada vez que lo rellenemos. Unos recipientes fieles a la filosofía de Cacho 22@, que espera ampliar pronto su horario para que podamos disfrutar de un afterwork en su agradable terraza.
FOTOS: Marta Becerra