Panadería, pastelería y dos estilos de restaurante. Maison Mèlie ha desembarcado en el centro de Madrid con un proyecto que combina una boulangerie y una pâtisserie con un restaurante que al mediodía ofrece una carta estilo brasserie mientras que, para cenar, el local se transforma para brindar una carta bistronómica. En ambos casos con productos y elaboraciones tradicionales de Francia. El origen de esta Maison está en el panadero Mélie Denancé, quien fundó su propio obrador en 1894 en Honfleur. Ahora es su bisnieto quien dirige el negocio. Lógicamente, su especialidad es el pan, junto a los croissants y otros productos de repostería francesa como los macarons, las chouquettes, los eclair o diferentes tartas. Todos ellos pueden comprarse allí mismo o disfrutarlos en un desayuno o una merienda en el mismo local ya que el horario es ininterrumpido. Cuidan también la calidad del café, por encima de la media de los que se pueden encontrar en Madrid. Interesante igualmente el brunch de los fines de semana. Todo en un espacio muy agradable, coqueto, con cuidada decoración de estilo francés, y un servicio amable.
Por las noches la oferta gastronómica es más ambiciosa. Con la cocina abierta hasta las once y media, se ofrece desde una terrina de foie gras mi-cuit con higos, Pedro Ximénez, y brioche tostado hasta un medallón de buey sobre una cama de “rossini”, pasando por un rape mediterráneo en medallón salteado, con pimiento relleno de ‘ratatouille’ de vegetales, chips de arroz ‘soufflé’ de azafrán y salsa de bullabesa. Los postres siguen la línea de la pastelería de la casa.
Sin embargo, preferimos la oferta del mediodía, cuando la oferta es la de una brasserie tradicional. Se pierde la formalidad de las noches, con las mesas sin mantel y servilletas de papel (una plaga a la que se ha sumado esta Maison). Se empieza muy bien, con un estupendo pan casero y mantequilla de Isigny. Del capítulo de entradas probamos un buen tartar de salmón con guacamole casero y vinagreta de maracuyá. Sobra un exceso de lechugas, algo que se repite en casi todos los platos. Hay una tendencia a recargar de ingredientes esos platos. Así, a unas buenas verduras marinadas (pimiento, berenjena, calabacín y alcachofas) se les incorpora burrata y queso curado que no aportan nada. Está rica la ensalada landesa, con magret y mollejas confitadas de pato, piñones, rúcula, costrones de pan y una vinagreta de pedro Ximénez, más, otra vez, demasiadas lechugas mezclum. Eso sí, la ración es muy abundante, casi un plato único. En este capítulo de ensaladas, interesante la César, bastante tradicional, con el pollo rebozado en panko.
En los principales, apenas un pescado, una brandada de merluza. La oferta se centra en las carnes. Dos hamburguesas con queso manchego, una de ellas vegetal, costillas de pato a la plancha, o una suprema de pato. Nos quedamos con el steak tartar, de carne de black angus, bien cortada a cuchillo y con un buen aliño. Mejorables las patatas pont-neuf que lo acompañan. De postre se puede elegir alguna tarta del mostrador de la pastelería o bien optar por un helado casero. Muy escasa oferta de vinos por copas que invita a optar por la cerveza como bebida durante toda la comida. Un sitio agradable esta Maison Mèlie que resuelve bien una comida informal en esa céntrica zona de Madrid.
Calle de Génova, 11
28004 Madrid
España