Sabores de Portugal
Uno de los símbolos nacionales de Portugal, que aparece en el cartel del restaurante, es el gallo de Barcelos. En esta historia, un peregrino gallego es acusado de un robo y condenado a la horca en Portugal. Antes de su ejecución, el peregrino pidió ser llevado ante el juez por última vez. El juez estaba comiendo en ese momento pollo asado y el peregrino le dijo que si era inocente el gallo resucitaría. Pero el juez siguió comiendo y el peregrino fue llevado al cadalso. Pero en el preciso momento del ahorcamiento, el gallo resucitó, cantó, y la soga se escurrió del cuello del peregrino. El juez lo absolvió de inmediato. Aunque no sabemos si al juez lo inhabilitaron, tanto el peregrino como el gallo continuaron sus días una temporada más.
Que el pollo a la brasa forme parte de uno de los mitos fundacionales de una nación ya nos da una buena pista de la devoción que los habitantes de la misma tiene por este plato. Porque no sólo en el imaginario colectivo de los portugueses está el gallo, sino también en las brasas de Sabores de Portugal, donde convive también con otros platos tradicionales como el bacalao o la carne.
Detrás de este ejercicio de sabrosa divulgación gastronómica están tres jóvenes portugueses, provenientes del mundo de la restauración, con ganas de montar un negocio en Barcelona. Después de dar vueltas, valorar barrios y modelos de establecimiento, se decidieron por este alargado local del Raval, que pertenecía a un amigo suyo.
Comedor, una sala para grupos y un pequeño lounge, con un estilo entre rústico y moderno que resume bastante la cocina que aquí se hace. Además de la brasa como tal, no faltan los pasteles de nata, y otros clásicos, como distintos guisos de bacalao, el bitoque (filete marinado), el pica pau (carne con salsa, que se come con palillos) y otros clásicos de las tascas.
Cuenta Cristovao Falcao, uno de los socios del local, que “Sabores de Portugal nació de una conversación de café. Es un proyecto tan personal que nos hemos hecho nosotros mismos los muebles (mi padre construyó los taburetes de tronco de árbol), y estamos aquí cada día los tres. Hemos procurado que los precios sean ajustados y tenemos comida para llevar. Queremos que la gente disfrute de lo que hacemos”. Obrigado
C. del Carme, 95
08001 Barcelona Barcelona
España