Agua de jengibre, una bebida natural inigualable
El jengibre es uno de esos ingredientes que acompaña muy bien todo tipo de recetas: carnes, pescados, arroces, sushi e incluso postres potencian sus sabores gracias a esta versátil y saludable planta, que cuenta con una historia milenaria a sus espaldas. Su sabor inconfundible, que durante mucho tiempo se ha vinculado a la salud, también otorga un toque picante a las elaboraciones, que en muchos casos acaban consiguiendo ese punto umami tan buscado en la gastronomía actual. Pero, tal vez por la tendencia de volver a las raíces (nunca mejor dicho), la última moda relacionada con este superalimento no tiene tanto que ver con los platos salados o los postres sino con algo mucho más simple y corriente: el agua. Y es que las aguas saborizadas o infusionadas se están convirtiendo en la gran alternativa sana, refrescante y sabrosa a los refrescos azucarados e incluso a los monótonos tés. Una opción muy fácil de realizar en casa que podemos preparar a media mañana, para la merienda o incluso para acompañar la comida y la cena. Solo se necesita un poco de jengibre fresco, agua y limón al gusto.
Los beneficios de un superalimento muy popular
De todas las aguas saborizadas que se pueden realizar, la de jengibre es sin duda la más popular. Su sabor es un plus incuestionable, pero, además, esta planta aromática es un superalimento que cuenta con muchas propiedades beneficiosas para la salud. Entre ellas, destaca su alto contenido en vitamina C y minerales como el calcio, el hierro, el magnesio o el potasio, que fortalecen el sistema inmune; y también el hecho de que sea un analgésico natural, que puede ayudar a apaciguar algunos dolores leves, incluidos los dolores musculares, las migrañas o los calambres menstruales.
En la medicina tradicional china, además, el jengibre es especialmente apreciado y está indicado para curar catarros, ya que puede ayudar a descongestionar las vías respiratorias y a elevar la temperatura corporal. De hecho, se considera que esta raíz acelera el metabolismo y produce una sensación de saciedad, además de equilibrar los niveles de azúcar en el organismo, por lo que está especialmente recomendada para dietas de adelgazamiento. Así pues, añadir un par de rodajas de jengibre al agua facilita la eliminación de líquidos y proporciona numerosos beneficios digestivos y antiinflamatorios, si bien no está recomendado ingerir mucha cantidad al día: con un trozo pequeño ya es más que suficiente para notar todas sus bondades.
Cómo preparar agua de jengibre en casa
Cuando hablamos de agua de jengibre, en realidad nos referimos a una infusión con la raíz de este ingrediente, que posteriormente se puede servir caliente o fría. Aunque te proponemos la versión clásica -jengibre con zumo de limón- hay otras recetas que añaden unas hojas de menta o un palito de canela para rebajar el sabor característico del jengibre, o bien que optan por potenciar el sabor fuerte de la planta agregando una pizca de pimienta negra. Otras variantes añaden un poco de azúcar o stevia o una cucharadita de miel para que el resultado final sea más dulce.
A la hora de cortar el jengibre, se puede hacer en rodajas e infusionar con la propia piel o bien pelarlo y trocearlo para colarlo después. Eso sí, para tener todos los beneficios de esta raíz, es aconsejable comprar el jengibre blanco fresco y en pocas cantidades, ya que se reseca con facilidad. Recuerda que hay que guardarlo siempre en la nevera.
Receta de agua de jengibre
Ingredientes para una jarra:
1 litro de agua, 4 rodajas de jengibre, 2 limones.
Elaboración:
Cortar el jengibre en 4 rodajas y pelar. Calentar el agua hasta hervir. Apagar el fuego y añadir el jengibre y el zumo de 2 limones al agua caliente. Dejar infusionar durante 15 minutos. Colar y dejar reposar 10 minutos más. Servir caliente o conservar en la nevera para servir frío (con o sin cubitos).
Otros ingredientes para hacer aguas saborizadas
Además del jengibre, existen otras opciones muy recomendables para elaborar aguas infusionadas en casa, que pueden apostar por frutas, hortalizas, especias o hierbas aromáticas. A diferencia del agua de jengibre, dichos ingredientes se colocan directamente en el agua tibia o fría, por lo que no se infusionan como en el caso anterior. Hay que poner poca cantidad de cada ingrediente, y es mejor colocarlos en el agua cortados en láminas finas, sin azúcares ni edulcorantes añadidos. Otra opción para conseguir más sabor, especialmente en el caso de las frutas y de las hortalizas, es triturarlas en un mortero para que saquen todo su jugo, y colocarlas en el fondo de la botella que usemos para preparar el agua.
Entre las hierbas aromáticas más versátiles encontramos la menta, el romero, la albahaca y el cilantro. Las mejores frutas para infusionar incluyen la sandía, el mango, la papaya y los cítricos y frutos rojos en general. Las pieles de cítricos como el limón, la naranja o la lima también aportan mucho sabor al resultado final. Por lo que se refiere a los vegetales, el pepino, el hinojo, el apio y la zanahoria son de los más populares, mientras que la canela, el anís estrellado y las vainas de vainilla son algunas de las mejores especias para elaborar aguas de sabores. En todos los casos, es importante dejar que las frutas, hortalizas, especias y hierbas se maceren con el agua, por lo menos durante 12 horas en la nevera. ¿Preparado?