¿Cómo limpiar los calamares? Sacar la tinta, limpiar cananas...
A la plancha, a la romana, rellenos, en su tinta, en salsa... Populares y deliciosos, los calamares son muy versátiles en la cocina y son los protagonistas de infinidad de recetas, pero para prepararlas, primero debemos descubrir cómo limpiar el calamar.
Si no sabemos cómo se limpian los calamares (proceso que a veces incluye pasos como sacar la tinta del calamar y puede ser algo engorroso), podemos pedírselo a nuestro pescatero, pero también podemos limpiar calamares congelados o frescos en casa: nos llevará poco tiempo, y vale la pena para preparar platos tan apetecibles como unos calamares encebollados o un buen arroz caldoso.
Beneficios de los calamares
Los calamares son proteicos, ricos en ácidos grasos omega 3, vitaminas y minerales como hierro, fósforo y yodo. Por su valor nutricional, estos cefalópodos aportan una buena dosis de energía y son muy beneficiosos para el cerebro, los dientes y el cabello.
Además, los calamares son saciantes y bajos en calorías y grasas (excepto si los comemos fritos o rebozados), por lo que pueden incorporarse a cualquier dieta para perder peso. Asimismo, regulan la tiroides y mejoran el sistema inmunológico.
Cómo limpiar calamares: paso a paso
Ya vayamos a limpiar calamares pequeños o limpiar un calamar grande, el proceso lleva unos minutos, pero es fácil (e incluso puede resultar entretenido). La piel es muy fina, por lo que, al limpiar el calamar, se desprende sin ninguna dificultad.
El objetivo de limpiar el calamar es que la parte central quede sin piel por fuera ni restos por dentro, sacando la plumilla y conservando los tentáculos, tras retirar la boca y las tripas. Para hacerlo bien, sigue estos sencillos pasos:
Separamos con las manos la cabeza y los tentáculos del cuerpo del calamar. Para ello, cogemos el cuerpo del calamar con una mano y con la otra estiramos suavemente de la cabeza y los tentáculos.
Quitamos los tentáculos. Hacemos un pequeño corte encima de los ojos del calamar y separamos los tentáculos. A continuación, desechamos las tripas, de las que podemos sacar la bolsa de la tinta de calamar, que podremos aprovechar para recetas como los calamares en su tinta o el arroz negro.
Retiramos la boca del calamar. También conocida como pico, esta se encuentra en la base de los tentáculos. La retiramos con la mano, y podemos guardar o no las aletas, que se desprenden con facilidad tirando hacia afuera o dándoles un corte con un cuchillo.
Extraemos la plumilla. Es una vaina transparente que los calamares tienen en su interior y que podemos retirar fácilmente con la mano. Para ello, metemos un dedo por la parte inferior del calamar, y seguimos hurgando, hasta que lo de fuera quede dentro y, lo de dentro, fuera. Luego, enjuagamos con agua.
Sacamos la parte dura, situada junto a las aletas. Lo hacemos ayudados de un cuchillo. Después, podemos picar las aletas para hacer en tiras que servirán como rabas o como relleno de otro calamar.
Propuestas antes de cocinarlos. Una vez se limpian los calamares, tenemos distintas opciones, como cortar la parte principal en anillas, mediante cortes transversales, o cortar rabas de calamar, dando cortes longitudinales. Otra alternativa es dejar el cuerpo entero, de una pieza: es ideal si vamos a cocinarlos a la plancha o si queremos preparar calamares rellenos a la marinera.
Cómo limpiar cananas
Muy parecidas al calamar, las cananas son un cefalópodo de tonos violetas que destaca por su piel dura. Por ello, no suelen cocinarse a la plancha, sino en sofritos y rebozados.
Como el calamar, las cananas también son proteicas, bajas en calorías y ricas en hierro y calcio. A pesar de delicioso sabor y propiedades nutritivas, estos cefalópodos están a la sombra del calamar. Aun así, dan mucho juego en la cocina y son fáciles de limpiar. Te explicamos cómo limpiar cananas:
Primero de todo, vaciamos las cananas. Para ello, arrastramos todo lo que tienen dentro, junto con las patas. Después, y con la ayuda de un chorro de agua fría, separamos cuidadosamente las patas del resto. Para hacerlo más fácil, podemos utilizar unas tijeras. Por último, eliminamos la boca, que queda entre las patas de la canana.
Luego, podemos hacer cananas a la romana, estofadas, rellenas o como parte de un arroz o una fideuá. Existen infinidad de opciones para este molusco virtuoso.