Crudiveganismo o cómo hacer del comer crudo un estilo de vida
Esta tendencia llegó a Madrid hace unos años y cada vez son más los valientes que deciden probar ser “raw vegan” (su denominación en inglés). Crecen los restaurantes que ofrecen esta especialidad gastronómica y se multiplican los talleres, tanto presenciales como on-line (algunos incluso son gratuitos).
El grupo de Facebook raw vegan Spain ya tiene más de 35.000 miembros. La ventaja principal de esta dieta es que se ahorra mucho tiempo cocinando y es una dieta saludable si se saben combinar bien todos los alimentos y nutrientes.
Se dice que Pitágoras ya practicaba esta dieta en la antigüedad y en su día Mahatma Ghandi nos dejó pensamientos como el que encontramos a continuación: [...] La dieta vegetariana no tiene precio para mí [...] la única base para tener una población vegetariana y proclamar el principio vegetariano es, y debe ser, la moral. [...] El valor ético de los alimentos crudos no tiene parangón. Desde el punto de vista económico, estos alimentos tienen posibilidades que no ofrece ningún alimento cocido. En consecuencia, procuro obtener la generosa ayuda de todos los médicos y los legos interesados en reformar dietas”. Famosos de la talla de Demi Moore, Alicia Silverstone, Woody Harrelson, o Natalie Portman son firmes defensores de esta dieta.
Foto: Begoña Boluda
El crudiveganismo consiste en una alimentación basada exclusivamente en alimentos crudos y de origen vegetal. Esta dieta incluye frutas, verduras, hortalizas, raíces, frutos secos, semillas, algas y germinados. Asimismo, se consumen alimentos deshidratados a menos de 42 grados, ya que conservan intactas sus propiedades. Se formula como una filosofía de vida respetuosa con los animales y el medio ambiente en la que se consumen productos ecológicos, locales y de temporada.
Este tema ya lo tratamos anteriormente en otro post cuando hablamos de slow food. La cocina crudivegana se elabora sin superar una temperatura que oscila entre los 38º o 42º (que no sea superior a la temperatura natural producida por el sol) con la finalidad de preservar los nutrientes. Consol Rodríguez, artista visual y autora del blog Kijimuna’s Kitchen, cuenta que en invierno se utilizan especias y alimentos con propiedades termogénicas, tales como el jengibre, la canela, la pimienta los frutos secos, el aceite de coco, la zanahoria o el ajo…
Por otro lado, se evitan alimentos industriales, envasados o procesados, transgénicos, cereales y legumbres (salvo los que se germinan) y refinados como azúcares, harinas y sal. Por lo tanto resulta ideal para diabéticos, gente que padece hipertensión e intolerancia al gluten y la lactosa. Asimismo es un tipo de comida perfecta para llevar al trabajo pues no necesita calentarse.
Opciones y estilos
Y algunos os preguntaréis: ¿Qué diferencia hay entre vegetarianismo, veganismo, crudiveganismo y crudivorismo? Pues bien, lo resumo a continuación:
La Real Academia de la Lengua Española define vegetarianismo como el régimen alimenticio basado principalmente en el consumo de productos vegetales, pero que admite el uso de productos del animal vivo, como los huevos, la leche, etc.
El veganismo es un régimen alimenticio que evita productos como la carne, el pescado, los lácteos, los huevos, la miel… En resumen, todos los productos derivados de los animales. ¿Alguien se acuerda de Celia, la vegana que participó en el famoso programa de cocina y que preparó una pizza vegana?
Foto: Begoña Boluda
El crudiveganismo excluye todos los alimentos de origen animal, así como alimentos cocidos a una temperatura superior a 42 grados. Esta forma de alimentación se basa en verduras y frutas crudas, frutos secos y pastas de frutos secos, granos germinados y legumbres, semillas, aceites vegetales, algas marinas, hierbas y zumos frescos.
Y, por último, el crudivorismo, se diferencia de los anteriores al ser una dieta que comprende todo tipo de alimentos crudos (animales o vegetales).
¿Qué sucede con los alimentos cocinados?
Begoña Boluda, crudivegana desde el 2011, recoge en su fantástico blog Bibiraw la exposición de Antonio Ortega, crudivegano, asesor nutricional y entrenador nacional de musculación, en el II Congreso de Alimentación Consciente que tuvo lugar en febrero de 2012 en Barcelona. En este congreso se defendió esta cocina que prescinde de los fogones (algo que resulta bastante paradójico) por las siguientes razones:
- Las enzimas de los alimentos se pierden al 100% si se cocinan por encima de los 42º.
- Se pierden entre un 50% y 100% de vitaminas en función de la cocción.
- Los minerales se vuelven inorgánicos.
- Las proteínas se inutilizan en un 50%.
- La fibra se desnaturaliza y es más débil.
- Se pierde el agua biológica (la que contiene los alimentos).
Pirámide alimenticia vegana
Ortega recomendó la siguiente ingesta diaria dentro de una dieta “crudivegana”:
- 8-10 piezas de fruta
- 200 gr. de hoja verde
- 15-50 gr. de frutos secos
- algas y raíces, 2 o 3 veces por semana
Antonio Ortega invitó, asimismo, a activar la vitamina D tomando el sol y tomar vitamina B12 a través de suplementos.
Críticas a la dieta “crudivegana”
Algunos advierten que al principio de la dieta pueden aparecer diferentes síntomas como consecuencia del proceso de desintoxicación (dolor de cabeza, acné, molestias digestivas...). Por otro lado, Denise Minger, detractora de esta dieta, asegura que puede causar problemas dentales. Diferentes fuentes médicas afirman que este tipo de dietas pueden provocar deficiencias de vitamina B12. Por ello, se recomiendan suplementos de dicha vitamina y algas marinas, especialmente la espirulina y la chlorella.
Foto: Begoña Boluda
Es conveniente realizar análisis sanguíneos previos y se debe tener siempre en cuenta la cantidad y la proporción de alimentos adecuados según las necesidades de cada persona. Por supuesto se debe vigilar con especial atención la frescura y la limpieza de los alimentos que se vayan a ingerir. Otros advierten de la carencia de proteínas. En este sentido, Consol Rodríguez opina que podemos obtener las proteínas necesarias de las hojas verdes, los frutos secos y los brotes y germinados. El reino vegetal nos ofrece muchas frutas y verduras con calcio, potasio, magnesio, hierro y aminoácidos suficientes para nuestras necesidades diarias.
Instrumentos de cocina necesarios
Para elaborar la mayor parte de los platos de cocina “crudivegana” necesitarás hacerte con una batidora de vaso para los batidos y zumos verdes tan de moda hoy en día, un cortador de verduras en espiral o simplemente una mandolina que efectúe diferentes tipos de cortes (juliana, láminas, jardinera...), una picadora y una licuadora.
Cuando se alcanza cierto nivel de experiencia una deshidratadora puede llegar a ser imprescindible. Las formas, texturas y colores inundan la cocina gracias a todos estos utensilios. Consol Rodríguez recomienda, también, usar cuchillos de cerámica, que no aceleren el proceso de oxidación de los alimentos al cortarlos, y recipientes naturales en barro, vidrio, madera, etc.
Creatividad al poder
Las comidas “crudiveganas” no tienen por qué ser aburridas. Se pueden consumir zumos verdes, salsas, sopas, cremas, ensaladas, postres, granos y semillas germinadas, alimentos deshidratados y fermentados, leches y quesos “crudiveganos”… Tras estudiar la dieta crudivegana uno llega a la conclusión de que hacen falta tres cosas indispensables para llevarla a cabo: fuerza de voluntad, creatividad y motivación.
Todas estas cualidades no le faltan a Begoña (Bibiraw). En su blog ha demostrado que esta dieta puede ser deliciosa, original y fácil de preparar. Como prueba de ello presentamos a continuación dos recetas, un entrante y un plato principal, obtenidas de su blog.
ROLLITOS DE PAPAYA CON HIGO
Foto: Begoña Boluda
Ingredientes:
- - Papaya
- - Higos
- - Rúcula
Preparación:
- Cortar la papaya a láminas muy finas (con la mandolina) y rellenar con el higo en rodajas y la rúcula.
- Otra variedad es cortar la papaya en cuadrados, rellenarlo con higos y poner encima trocitos de cacao, açai y sirope de ágave.
LASAÑA CRUDIVEGANA
Foto: Begoña Boluda
Bibiraw nos explica que bautiza este plato como lasaña porque se combinan diferentes capas de verdura cruda.
Ingredientes:
- - 1 aguacate
- - 1 tomate
- - 1 calabacín
- - 2 champiñones grandes
- - 1 taza de anacardos remojados
- - 1 manojo de espinacas
- - 1/2 manzana
- - rúcula
- - aceite de oliva virgen
- - salsa tamari japonesa (opcional)
- - levadura de cerveza (opcional)
- - limón
- - agua
- - sal
- - vinagre de frambuesa
Preparación:
- Cortar a láminas muy finas, mejor con mandolina, el tomate, calabacín (en tiras largas), aguacate y champiñones.
- Macerar los champiñones con limón, aceite, sal y un poco de salsa tamari si se desea.
- Preparar la crema de espinacas batiendo los anacardos con un poco de agua, zumo de medio limón, sal, un poco de levadura de cerveza y las espinacas hasta conseguir una masa cremosa, no demasiado líquida.
- Montar la lasaña alternando todos los ingredientes al gusto.
- Servir con rúcula y unas gotas de vinagre de frambuesa.
Referencias y fuentes consultadas:
http://diferenciaentre.info/diferencia-entre-dieta-vegana-y-vegetariana/
http://www.ayuno.es/tipos-de-ayuno/motivaciones/estilos-de-vida/84-el-crudiveganismo
https://www.facebook.com/groups/rawveganspain/?fref=ts
http://eluniversodecris.com/2013/06/26/beneficios-alimentacion-crudivegana/
http://www.kijimunas-kitchen.net/es/la-cocina-crudivegana-rejuvenece/
http://rawfoodsos.com/2010/01/24/dental-drama-tooth-problems-on-the-raw-diet-part-1/#more-57
Balta, 2013. “Vivir Sin Cocinar”, Edición: Primera. ed. Mandala Ediciones, S.A., Madrid.
Cousens, G., 2000. “Conscious Eating”. North Atlantic Books.
Cousens, G., 2008. There Is a Cure for Diabetes: The Tree of Life 21-Day+ Program. North Atlantic Books.
Davis, B., Melina, V., 2011. “Becoming Raw: The Essential Guide to Raw Vegan Diets”. Book Publishing Company.
Rotondi, R., 2011. “Raw Foods for Real People: Living Vegan Food Made Simple by the Chef and Founder of Leaf Organics”. New World Library.
Viladevall, E., Passola, M., 2010. “Cocina cruda creativa: Descubre la forma más deliciosa de mimar tu salud y belleza”. Océano Ambar.
Virtue, D., Ross, J., 2009. “The Art of Raw Living Food: Heal Yourself and the Planet with Eco-delicious Cuisine”. Hay House, Inc.