Mermelada de Agua de Valencia, un sabroso cóctel masticable
La Comunidad Valenciana es reconocida internacionalmente por su gran tradición en el cultivo de cítricos, principalmente de la naranja con una producción que supera las 3.800 toneladas cada año. Sin duda, uno de sus productos estrella del que derivan otros que también se han colado con fuerza en el mapa genético de esta Comunidad.
Es el caso del Agua de Valencia, un cóctel refrescante con identidad propia que se sirve en jarras de varias raciones y se bebe, como manda la tradición, en copas de champagne estilo María Antonieta –la leyenda cuenta que la primera copa de champán surgió de un molde elaborado en base al pecho de la esposa de Luis XVI, gobernante de Francia–. La empresa valenciana Terra Deus ha querido jugar, experimentar y sacarle partido a este famoso combinado y nos propone una mermelada con este sabor tan característico y original. Es una manera de reinventar y poder disfrutar de la naranja valenciana todo el año a través de otro tipo de productos Premium no conocidos hasta el momento, y sobre todo de homenajear a uno de los cócteles valencianos por excelencia cuyo origen se remonta a mediados del siglo pasado.
El Agua de Valencia fue servida por primera vez en el Café Madrid de la capital del Turia en 1959 por Constante Gil. Cuenta la historia que unos viajeros vascos, clientes habituales del establecimiento, pedían cada vez que lo visitaban el mejor cava de la casa refiriéndose a él jocosamente como Agua de Bilbao. Un día retaron a Constante a que les sirviese algo novedoso. El resultado sería una mixtura de cava, zumo de naranja, ginebra y vodka a la que presentó como Agua de Valencia.
Durante más de una década este rico cóctel estuvo reservado únicamente para los clientes más exclusivos del café, ubicado detrás del Palacio del Marqués de Dos Aguas, hasta que en los años 70 su popularidad dio un salto cualitativo pasando a democratizarse y consumirse de manera habitual. Pero hoy en día este sabor tan característico ha dado un paso más llegando a la alta cocina gracias a productos tan novedosos como la confitura gourmet de Terra Deus. Una mermelada al alcance de los paladares más inquietos y de los chefs más exigentes que buscan nuevos ingredientes para transformar sus propuestas culinarias y presentar una auténtica cocina de vanguardia.
La equilibrada combinación de sabores y la innovadora fusión de texturas son las señas de identidad de la mermelada de Agua de Valencia, elaborada en un obrador artesanal de la localidad valenciana de Monserrat. Un producto 100% natural que no contiene ningún tipo de aditivo artificial, sustituido en este caso por el agar-agar, un alga natural de origen marino.
Como ingrediente principal que es, se presta especial atención al momento exacto de recolección de la naranja, que se produce durante el mes de abril, para conseguir la calidad deseada en el producto. Se limpia, pela y desgaja manualmente cada fruta, permitiendo así un exhaustivo control de calidad pieza a pieza.
Así con la naranja navelate de temporada y cosecha propia, azúcar, cava y licor Terra Deus, se elabora este producto gourmet cuyo contenido, alrededor de un 63%, es exclusivamente fruta. A pesar de que el Agua de Valencia es una bebida que debe servirse muy fría, llama la atención la alta temperatura a la que se cocina la fórmula secreta Terra Deus para obtener en la mermelada un sabor exacto al esperado.
Como curiosidad destacaremos que el proceso de elaboración se asemeja al utilizado en las recetas antiguas que sus productores, Xavier e Itxaso, han rescatado y que datan de finales del siglo XIX y principios del XX. Una circunstancia más que determinante para que la producción anual de esta confitura sea de tan sólo 2.000 botes.
Probar esta mermelada es un auténtico placer para el paladar ya que evoca el genuino sabor del combinado del Agua de Valencia. Además contiene el mínimo de azúcar, un 36%, que debe llevar una mermelada para poder ser etiquetada como tal según la legislación vigente, lo que le aporta una textura ligera y muy agradable.
Marida a la perfección con carnes magras, así como con quesos frescos y curados, ensaladas, foies y todo tipo de repostería. Maridajes que sin duda te sorprenderán por su polifonía de sabores y que tienen la capacidad de convertir las recetas más cotidianas en platos de autor.