Món Sant Benet te ofrece la escapada total
La primera vez que visitas el complejo del Món Sant Benet tienes la impresión de que te has estado perdiendo alguna cosa. ¿Por qué nadie te lo había recomendado hasta ahora? Esta gente de El Món ha hecho un gran trabajo en este rincón del Bages y ahora tienen una completísima oferta cultura, gastronómica y de ocio. El día que llegamos, era el primer fin de semana que habían abierto las pistas. TODOS los esquiadores se apelotonaban en la Molina y más allá, equipados con camisetas térmicas y haciendo cola en los remontadores y telesillas. A solo tres cuartos de hora de Barcelona, en el Món se respiraba un tranquilo y soleado ambiente familiar, enmarcado por un encantador entorno natural que hacía que te sintieras un privilegiado de encontrarte justo allí y en aquel preciso momento. Inaugurado hace cinco años, el singular complejo Món Sant Benet está formado por un milenario monasterio; un hotel; tres restaurantes; una tienda; un espacio de convenciones y la Fundación Alícia, dedicada a la investigación e innovación gastronómica. Aquí nos centraremos en el papeo; pero si os decidís a visitarlo, no os perdáis la oportunidad de descubrir toda la historia que esconde el monasterio de Sant Benet del Bages, fundado el año 950 y recuperado muchos años después por la familia del pintor Ramon Casas. Que la reputada burguesía barcelonesa se encaprichara de este rincón para su veraneo, avala que este lugar tiene algo realmente especial. “Si esto solo tiene una estrella, ¡no quiero pensar como deben de ser estos restaurantes que tienen cuatro!” exclamaba satisfecho uno de los clientes del Angle, que acababa el menú degustación. La gastronomía centra una parte importante de la oferta del Món, y el restaurante Angle, con el chef Jordi Cruz al mando de los fogones, es la estrella (y nunca mejor dicho) del Sant Benet. Galardonado con una Michelin el año 2008, la cocina del Angle ofrece recetas de autor que fusionan modernidad y tradición de manera óptima. Así, de su menú degustación (85 euros, bebida aparte) no sorprende que se graben en la memoria platos aparentemente sencillos, como su huevo con ibéricos y aroma de trufa blanca, de una textura y sabores espectaculares. Aquí, de lo que se trata es de cocinar productos de primera para resaltar sus cualidades, y en ningún caso de enmascararlas. Ubicado dentro de un gran cubo de cristal, las vistas desde el restaurante deben de ser brutales. El problema es que si vais de noche, no veréis nada de nada. Que por algo estamos en un rincón lejos de la contaminación lumínica. A parte del Angle, el Món Sant Benet cuenta con dos restaurantes más; La Fonda y el Restaurant Món. Los dos se basan en los productos de la tierra, pero sus formatos son diferentes. En La Fonda, dirigida por el chef Josep Casas, hace falta reservar con tiempo, porque hay codazos para conseguir mesa. Sirven cocina catalana pasada por el prisma del chef Ignasi Domènech, manresano y pionero de la cocina catalana moderna. Una opción más rápida y económica es la del Restaurant Món, donde el chef Josep Casas presenta una cocina práctica, sencilla y saludable a partir de un bufet libre de ensaladas, entrantes de la tierra donde encontramos embutidos, quesos y ahumados; y, para acabar, unos postres de la casa muy recomendables con repostería muy golosa incluida. La sede de la Fundación Alícia (Alimentación y Ciencia), está a tocar del monasterio de Sant Benet y del centro de acogida de visitantes del complejo de El Món. Si os apuntáis a una interesante visita al centro, os van a contar que la Fundación tiene un consejo asesor presidido por Ferran Adrià y asesorado por Valentí Fuster, que a Alícia llegan estudiantes en prácticas de todo el mundo y que disponen de huertos ecológicos donde se recuperan especies de fruta y verdura autóctonas que han quedado fuera de los circuitos. Todo tiene un único y venerable objetivo: conseguir que todos comamos mejor. Algunos de los últimos proyectos en los que Alícia se ha implicado han sido la elaboración de un proyecto pedagógico (TAS), que quiere mejorar los hábitos alimentarios de los adolescentes y que se lleva a cabo en diferentes institutos de diversas ciudades del Estado; también ha colaborado con una receta de bizcocho para celíacos y ha participado en el proyecto de recuperación de ingredientes y recetas históricas junto con el Museu d’Història y la Universitat de Barcelona. Texto de Rita Peré