Pan: consejos para elegirlo con éxito para las comidas de Navidad
Con las Navidades a la vuelta de la esquina tenemos la mente puesta en las reuniones familiares y en qué daremos de comer a nuestros invitados. ¿Carne o pescado? ¿Dulce o salado? Son tan sólo algunas de las preguntas que nos asaltan en estos momentos previos. Y es que el mundo gastronómico está lleno de indecisiones. Pues bien, no lo pienses demasiado porque el siguiente paso es elegir el pan con el que acompañar cada uno de los platos. Por eso, a continuación te damos las claves que has de tener en cuenta para elegir el más adecuado en cada caso y que el menú sea todo un éxito.
Porque si una cosa está clara es que el pan es más que un complemento o acompañante y que supone una parte muy importante para maridar las comidas. Además, es salud y está en la base de nuestra dieta mediterránea, recomendándose su consumo unas 5 veces al día en raciones de aproximadamente unos 40 gramos cada una. Y en estas fechas, esta circunstancia toma más importancia si cabe ya que los excesos alimentarios son frecuentes y un buen pan ayuda a proteger el intestino.
En la actualidad, y haciendo referencia al pan de calidad, los maestros panaderos coinciden en dar protagonismo a la utilización de la llamada ‘masa madre’ durante el proceso de elaboración. Se trata de un fermento natural que proporciona longevidad y sabor a la hogaza sin necesidad de ponerle levadura comercial y que se perpetúa en el tiempo, de manera que existen profesionales con masas madre que cuenta con décadas de antigüedad.
Para los entrantes
No hay buen menú navideño sin unos buenos entrantes, de ellos depende en gran parte la evolución de la comida. Aquí el abanico de posibilidades es muy amplio pero siempre teniendo en cuenta que es recomendable escoger un pan suave para no restarle protagonismo al entrante y potenciar al máximo su sabor. En este sentido, deberemos elegir un pan blanco que contenga un porcentaje máximo de masa madre de un 10%, con textura y que aporte un toque ligero al paladar.
No obstante, si los entrantes contienen sabores más fuertes, como en el caso de los foies, quesos curados o azules, deberíamos decantarnos por un pan de centeno que se caracteriza por su color oscuro, sabor amargo y esponjosa textura. En el caso de los alimentos más dulces, como las mermeladas, mantequillas o la carne de membrillo, cuadrarán a la perfección con un pan de maíz.
Es frecuente, en esta época del año, que uno de los platos con los que agasajemos a nuestros familiares y amigos sea una sopa o guiso caliente. Plato tradicional y clásico que aconsejamos acompañar de pan integral, por su intenso sabor, y que a la vez contenga bastante miga. Si se trata de una sopa de pescado la mejor opción es degustarla con una focaccia, un pan plano cubierto con hierbas.
Maridaje con pescados
Resulta muy llamativo que las rosquilletas sean el maridaje perfecto para los platos de pescado. El contraste que se logra entre el toque crujiente de éstas y el sabor suave, meloso y blando del pescado, da lugar a una armonía perfecta que no se consigue con otras opciones.
Aunque, si se es de paladar más clásico y se quiere seguir acompañando este plato de pan, los más aconsejables son el de maíz, de espelta o de calabaza que ayudan a contrastar la salinidad de este alimento.
Elegir el pan para las carnes
La hogaza clásica, elaborada con aproximadamente un 40% de masa madre, con muchas horas de fermentación y cocción, es ideal para degustar las carnes o guisos contundentes.
Porque lo más idóneo con este tipo de platos, es servir panes más potentes y con una corteza gruesa que permita una mejor unión en boca. Hay que tener en cuenta que lo más importante de un pan es su sabor, aroma y textura, y a esto contribuye tanto la miga como la corteza.
Sí, pan para los postres
Pero el pan no sólo está relegado en los entrantes y platos principales, si se quiere seguir disfrutando de este cereal, también se puede en su vertiente más dulce: el panettone. Un bollo, de origen milanés, hecho de una masa tipo brioche a la que se acompaña de virutas de chocolate, pasas o frutas confitadas. Ésta, sin duda, es una buena opción como postre.
Panecillos: ¿sí o no?
Como último consejo antes de cerrar nuestro menú navideño, se recomienda huir del estético panecillo y optar por la tradicional barra u hogaza de pan. De esta manera, además de ahorrar porque su coste es menor, el sabor es más auténtico ya que la corteza actúa como un sello y, cuanto mayor sea su tamaño y más tiempo esté sin cortar, más coge el sabor de los ingredientes originales. Por ello se aconseja cortarlo en la misma mesa.
Como verás no se debe dejar al azar la elección del pan porque, a pesar de ser un alimento humilde, si se sabe combinar correctamente puede llegar a ser el manjar más deseado.