¿Qué se come el jueves lardero? Recetas tradicionales de esta fiesta
El jueves lardero es el día que marca el inicio del Carnaval, un festejo en el que los excesos están permitidos, ya que es la antesala de las restricciones y la sobriedad de la Cuaresma. Es por eso que es tradicional comer platos copiosos, principalmente derivados del cerdo, una de las carnes de las que, según las normas de la tradición cristiana, uno debería privarse en este periodo antecesor a la Semana Santa.
A pesar de que la gran mayoría de elaboraciones típicas de esta fecha destacada tienen denominadores comunes, los platos concretos varían según la región.
Longaniza en Aragón
En la zona de Aragón, especialmente en Zaragoza, se acostumbra a comer bocadillos de longaniza o a incluir esta carne en otras preparaciones. De hecho, un popular dicho de la región apunta: “Jueves lardero, longaniza en el puchero”.
Butifarra de huevo, chicharrones y tortilla en Cataluña
En Cataluña, una de las Comunidades Autónomas donde las tradiciones del jueves lardero (o ‘dijous gras’ en catalán) siguen arraigadas con fuerza, el alimento más típico es la butifarra de huevo – un embutido elaborado a base de carne de cerdo (del cual se aprovechan diversas partes como la papada, la espalda o la tripa), sal y pimienta y, por supuesto, huevo. De un color amarillento y una textura fibrosa y grumosa, esta butifarra de sabor fino se consume habitualmente con rebanadas de pan con tomate.
Pero no es el único alimento ligado a las celebraciones del ‘dijous gras’: en esta fecha, los catalanes también comen tortilla (simple o rellena, sola o en bocadillo) y chicharrones o llardons, que no son más que la grasa del cerdo cocida en agua y aceite (a diferencia de los torreznos, que son la grasa frita).
Hornazos, Monas de Pascua y bollos preñaos
En Andalucía y las Castillas, las recetas relacionadas con el jueves lardero son el hornazo y la Mona de Pascua, aunque ambas son también típicas del final de la Cuaresma. El primero, conceptualmente cercano a una empanada, es una masa en rejilla rellena de embutidos, carne adobada y huevo duro. El segundo, alejado de las visiones de monas de chocolate que podemos tener hoy en día, es un dulce en forma de bollo o roscón decorado con un huevo (ya que, en la Edad Media, la ingesta de huevos también estaba prohibida durante la Cuaresma).
Estas elaboraciones se acercan también a los bollos preñaos que se comen en la zona de La Rioja: un pequeño trozo de pan relleno con chorizo o panceta.