The Rolling Caravan: el food truck más dulce a ritmo de rock
Su bonita caravana, con 45 años de edad y modelo smv460, está ambientada en los años 50. Con una estética pin up, y diseñada detalle a detalle por la propia Cristina, hace las delicias de los paladares que tienen la suerte de participar en los eventos privados a los que ellas asisten. Su buen hacer y profesionalidad han hecho que tengan la agenda al completo todo el verano y se planteen, de cara a la nueva temporada otoñal, su presencia en eventos food truck en los que poder compartir experiencias con colegas de profesión. Eso sí, siempre al son de rock and roll, de ahí el nombre de su caravana donde al verbo en inglés rolling, que significa rodar, se le suma el homenaje a uno de los mejores grupos de la historia en este género, los míticos The Rolling Stones.
Aunque siempre te encuentres a las dos tras el mostrador, la propietaria es Cristina, una enamorada de los dulces que hace años montó una tienda de repostería creativa en su Gandía natal. La prosperidad del negocio y un viaje a Holanda hicieron que se planteara nuevos horizontes. Precisamente fue allí donde conoció a fondo el movimiento sobre ruedas y decidió enrolarse en él.
Y lo hizo no sólo con The Rolling sino también con su hermana pequeña La Dolçeta Bakery, otra caravana de aire vintage donde no faltan detalles como una máquina de algodón de azúcar y otra de palomitas, especialista en dar toques de lo más exclusivos a fiestas al aire libre y con una oferta gastronómica muy similar a la primera.
Estética Pin up
Muy fan de Betty Page, icono de la cultura pop que ejerció su influencia sobre la sexualidad y las tendencias en la moda de los años 50, no dudó en utilizar la estética pin up que hizo famosa a esta estadounidense como imagen de su negocio. Por eso no falta en este food truck el predominio del color rosa pastel, las imágenes colgadas en pared e infinitas pinceladas que le aportan un toque “muy cuqui”. Pero no solo la estética está impregnada de este estilo, para Cristina éste es, además, una actitud. Separada y madre de dos hijos a los que adora, es una mujer segura de sí misma, atrevida y capaz de sonreírle a la vida ante las adversidades.
Porque son muchas las anécdotas vividas en su Rolling, contratiempos que ella explica con la mejor de sus sonrisas. “En más de una ocasión, y a altas horas de la madrugada, nos hemos quedado tiradas en la carretera; sin gasolina, sin dinero en efectivo y en lugares de lo más insólitos. Hasta el punto de encontrarnos en alguna situación donde sólo nos ha quedado pedirle a la policía que viniera a rescatarnos”, manifiesta entre risas. Porque es la misma Cristina la que se define como un auténtico despiste. De hecho, sus amigos la llaman con el apelativo cariñoso de Dory (la despitada pez que acompañaba a Nemo en sus aventuras marinas). Tanto es así que en uno de sus viajes se olvidó la crepera en casa y tuvo que deshacer “algún quilómetro” para volver a recogerla.
Mil historias y siempre compartidas con Xaro. Ambas de carácter muy parecido y que se complementan a la perfección en la cocina. Mientras Cristina elabora las crepes, gofres, donuts americanos decorados y tartas al corte, Xaro cocina los hot dogs de distintos sabores, mini delicatesen saladas y sabrosas hamburguesas.
Tendrás suerte si te cruzas con The Rolling Caravan porque es un auténtico placer compartir uno de sus exquisitos bocados escuchando música de los años 50 en su original tocadiscos pick-up. Rock, blues y soul harán que te muevas a su ritmo…