Slow Food, sinónimo de buena alimentación
“El Slow Food te lleva a pensar en quién produce el producto, cómo lo hace y si se gana bien la vida”. Daniele Rossi es el flamante presidente de Slow Food Barcelona, una asociación internacional que nació ahora hace 25 años en Italia y que trabaja en todo el mundo para que los consumidores tengan acceso a unos alimentos buenos, limpios y justos. Rossi es un firme defensor del modelo agroalimentario que apuesta por la salud de las personas y de la tierra. Tienen mucho trabajo por delante pero, por suerte, cada vez hay más conciencia. Para que un restaurante logre el sello de KM 0, tiene que comprar a productores directos situados a menos de 100 kilómetros del establecimiento, los alimentos deben ser ecológicos, no están permitidos los transgénicos, ni el pescado en vías de extinción, capturado con artes no sostenibles o comprado en piscifactorías convencionales. “Además, en la carta pedimos que se haga divulgación de los productores, que se vea la cara de aquella personas que ha cultivado lo que estás comiendo", dice Rosa Solà, presidenta de la asociación hasta hace unos días. La asociación trabaja de manera incombustible. Conscientes de que ha aumentado la conciencia, por ejemplo, ahora quieren aglutinar a todas las personas que trabajan por la salud de la tierra. “Estamos preparando la guía del 2013 que incluirá todos los restaurantes saludables del país, aunque no tengan el sello km 0. Y también tenemos que trabajar más la calidad. Hasta ahora nos hemos centrado en la salud pero para ser un restaurante de Km 0, ¡también se tiene que comer muy bien!" explica Rosa. Y hay ejemplos como el Hotel Casamar de Llafranc que este año ha obtenido la primera estrella Michelin. “El problema reside en la ganadería”, lamenta Daniele, que está preocupado por esta cuestión. “No hay cerdo ecológico, ni suficiente cordero y todos van a comprar a los cuatro de siempre. Estamos yendo muy lentos en darnos cuenta de que hay demanda y tenemos demasiado miedo". Saben también que la ganadería ecológica sigue siendo la asignatura pendiente. Productores de huerto hay muchos y un ejemplo son las cooperativas de consumo que se están creando en todo el territorio, que permiten hacer llegar a las familias cestas de fruta y verdura ecológica de productores de la zona. Uno de ellos son los productores de Verdolaga, cuyo responsable es Pere Garriga (en la foto). Son un equipo de jóvenes agricultores de Les Franqueses que hacen cultivo ecológico, recuperan variedades, promueven el producto de temporada y de proximidad a través de cestos de hortalizas que ya distribuyen a 80 familias todas las semanas. CONCURSO: Existen restaurantes que respetan los productos cercanos y de temporada. Regalamos diez guías para que los conozcas. ¡Participa!