En diciembre de 2015 abría sus puertas El Mercader de l’Eixample, un restaurante ubicado en un precioso chalet modernista en la calle Mallorca de Barcelona, junto al pasaje de Mercader, muy cerca de la Rambla de Catalunya. Pese al poco tiempo transcurrido desde su apertura, ya se ha consolidado como una referencia slow food en Barcelona. Porque el proyecto dirigido por Claudio Hoyos, junto a Enric Millà como asesor gastronómico y Gerard Sans como chef principal es una clara apuesta por la cocina de producto, de temporada, ecológica y de proximidad, trabajando para salvaguardar y promocionar las tradiciones culinarias.
Una acogedora terraza, íntima, tranquila y abierta todo el año recibe a los visitantes. En el interior, se ha respetado la arquitectura original modernista configurando un espacio de decoración cálida y acogedora, presidido por la barra y con una cocina abierta que puede verse desde cualquier ángulo. En el piso inferior, un salón privado con capacidad para unas veinte personas resulta perfecto para reuniones familiares, de grupo o de empresa.
Productos limpios y Km.0
Los productos utilizados en la cocina del Mercader siguen la ética de producto limpio, Km.0 y Slow-Food. Los calamares, por ejemplo, son de potera, cuya pesca no daña el fondo marino. El pollo de corral procede de la Torre de l'Erbull, en Tremp, mientras que el arroz es siempre del Delta del Ebro. Incluso poseen un huerto ecológico en la sierra de Collserola que les abastece de verduras.
Con todo ello, claro está, la carta es estacional y se adapta a los productos de temporada. En ella, los platos están identificados con símbolos geométricos. El círculo representa la carta de la barra, el “picoteo”; el cuadrado va asociado a los platos fijos, “de siempre”, mientras que el hexágono figura junto a los platos estacionales. Además, los platos de procedencia ecológica y de proximidad están señalizados.
Compartir y disfrutar
Para picar en la barra, con servicio ininterrumpido de 12 a 24 h. todos los días, se pueden degustar ostras del Mediterráneo, anchoas de La Escala preparadas en su cocina, secallona “Cal Tomàs” con pan con tomate o mejillones con salsa de vermut del Mercader, entre otros.
En cuanto a los platillos de la carta, están pensados “para disfrutar y compartir sin dogmas de primeros o segundos platos”, según se indica en la misma. Ensalada de bonito escabechado, parrillada de verduras con salvitxada, la salsa que acostumbra a acompañar a los calçots, calamar de potera con ajo y perejil o fricandó de ternera con senderuelas son algunos de los platos fijos. Pasando a las sugerencias de temporada, escalibada con anchoas, arroz “socarrat” de sepietas, langostinos de Sant Carles de la Ràpita con mayonesa o filete de ternera eco del Salt del Colom con verduritas y trufa son algunas de las que pueden disfrutarse durante estos días.
Para culminar, postres como las catanias de Vilafranca, el chucho de Girona con chocolate caliente, los buñuelos de bacalao o el yogur con frutas de temporada.
Ingredientes escogidos, bien tratados y elaborados en su punto para provocar una auténtica delicia en el paladar, que incita a comer despacio, relajados, a saborear cada bocado. En definitiva: calidad Slow Food.
Carrer de Mallorca, 239
08008 Barcelona Barcelona
España