/ Calamares

El calamar en aceite es una de las recetas marineras de los barrios de pescadores de Almería más populares. En su versión más tradicional solo lleva dos ingredientes: calamar y aceite. Puede parecer una receta austera, pero es deliciosa cuando se usan materias primas de máxima calidad. En los restaurantes suelen añadirles otros ingredientes, como es el caso de la Taberna Entrefinos, cuya receta de calamar en aceite estilo almeriense compartimos hoy.

Álex Clavijo, chef de Bodega Borràs (Barcelona), nos comparte esta receta que, si bien necesitamos disponer de mucho tiempo y grandes dosis de paciencia para prepararla, resulta excepcional. La papada ibérica a baja temperatura con calamarcitos de playa es uno de los platos estrellas de su carta, caracterizada por grandes propuestas clásicas actualizadas. Te contamos cómo prepararla. ¡Toma nota! 

Es un proceso rápido y sencillo, ya que la piel de los calamares es muy fina y se desprende fácilmente. Una vez limpios, pueden cocinarse solos o formar parte de guisos, arroces y fideuás.
El calamar es versátil y delicioso. Hoy lo cocinamos a la plancha para conservar la pureza de su sabor y ternura. Y lo acompañamos de una de las reinas de la huerta, las habitas, que son el potente contrapunto vegetal. Un plato rapidísimo de cocinar y que es gloria en el paladar.

Una receta sencillísima y sabrosa del restaurante La Bellvitja, de las que apetecen cuando el tiempo se va volviendo más frío pero aún no nos apetece nada excesivamente contundente.

Preparación:

- Envolver el hinojo salpimentado en papel de aluminio y cocinarlo al horno 40 minutos a 170º.

- Dejarlo enfriar un poco y cortarlo en juliana.

Hay platos que deslumbran por su apariencia, otros por su textura, algunos otros por su especial aroma y muchos por su sabor, pero entre los que maravillan, no por una, sino por todas esas causas, destacan los txipirones en su tinta, receta con mucha tradición en el País Vasco y que nunca deja indiferente al comensal.

Hace años, la actriz y presentadora Belinda Washington ya decía que Madrid huele a bocadillo de calamares. Y es que cualquier nariz sensible que se pasee por la Plaza Mayor no dejará de percibir ese olor inconfundible a calamar frito y rebozado.