La Isla pitiusa ofrece (sobre todo en los últimos años) una oferta gastronómica cada vez más competitiva. Y no hablo solo de las aperturas de grandes grupos hosteleros que ven en Ibiza su oportunidad de oro, hablo también de la oferta más local, la que está al alcance del bolsillo más generalizado. En este segundo cajón, nos encontramos con Mariner, un restaurante de 10, en pleno puerto de Ibiza (Calle de Lluís Tur i Palau, 22)
El epicentro de reunión para turistas y visitantes es también una de las zonas que los residentes en la isla solemos rehuir a la hora de irnos de cena; por eso no es tan extraño que haya tardado tres años en entrar a probarlo. Lo que sí tengo claro es que esta vez no será la última. En su acogedora terracita me pongo a charlar con Oliver Pérez, el chef ejecutivo al frente de la cocina de Mariner durante seis temporadas. Me cuenta que es un restaurante que únicamente ofrece cenas y el motivo es pura lógica: las altas temperaturas y el gentío que se forma en temporada estival hacen de esta zona un núcleo a evitar a ciertas horas del día. Sin embargo, cuando cae la noche la cosa cambia y se convierte en una muy buena opción por la variedad de lugares y el ambiente nocturno. Ahí es donde Mariner encuentra su punto fuerte, con una carta pequeña pero muy bien elaborada que huye de las etiquetas.
Mariner no quiere ser un restaurante conceptual, quiere ofrecer buena relación precio-calidad (todo un reto en la carísima Ibiza) con una cocina bien elaborada, raciones para compartir y sabores frescos y originales. Y la verdad es que lo consigue con creces.
Para comenzar, Oliver me recomienda el tartar de tomate, un gustazo para los sentidos que supera todas mis expectativas. Un plato perfecto para vegetarianos y veganos que sorprende por su consistencia y sabor, tanto que podría parecer un steak tartar. Pulpa de tomate y tomate semiseco, emulsión de cebollino y encurtidos, rematan este riquísimo entrante.
Seguimos con un poquito de vaca rubia gallega de corte muy fino, un bocado exquisito del mejor producto y continuamos para bingo con el rollo de aguacate y cangrejo real. Otro bocado lleno de sabor y texturas, con huevas de salmón y una presentación de esas que da pena destrozar con el tenedor.
Vengo con hambre y venimos a jugar, así que me dejo recomendar y sigo con la espalda de cabrito lacada, espectáculo culinario en su punto exacto que se deshace en la boca como la mantequilla. Oliver también menciona un canelón de pintada con trufa que sin duda probaré en mi próxima visita. Las raciones de Mariner no están pensadas para agotar al estómago, son fáciles de asumir y perfectas para compartir si lo que quieres es ir probándolo todo, como he hecho yo.
Para rematar, termino con un milhojas de crema pastelera, chantillí y frutos rojos que pone la nota final sobresaliente a este restaurante que ya es todo un descubrimiento. Cocina bien elaborada, muy buen producto y cero pretensiones resumen esta experiencia altamente recomendable en pleno centro de Ibiza.
Carrer Lluís Tur i Palau, 22
Ibiza Balears
España