BCN&Cake: el fenómeno de la repostería creativa
En ocasiones sueña con tartas. Con pisos y más pisos de fondant, de chocolate y de flores de azúcar. En otras, vuelve su pesadilla más recurrente. La tarta cae y el trabajo de días –e incluso semanas– se va al traste aplastado contra el suelo.
Su nombre es Pat Schmidt y es una de las expertas en repostería creativa más reconocidas en todo el mundo. Aunque en un principio su carrera se centró en la publicidad, un viaje a Estados Unidos hace casi 30 años le cambió la vida por completo. Al otro lado del Atlántico vio tartas como nunca antes y, al regresar a su hogar, en Brasil, le dijo a su madre eso de “quiero ser pastelera”. “Se sorprendió mucho, claro, pero sólo me pidió que me formara”, explica, entre risas. El resto se resume con horas de formación en todo el mundo, cientos de abrir y cerrar la puerta del horno y un sinfín de retoques con la manga pastelera. Sin embargo, su ilusión y dedicación le han cundido.
Ahora, Schmidt es conocida en el sector por su gran dosis de creatividad y perfeccionismo, imparte cursos en Barcelona en la Escribà Academy y será una de las grandes estrellas de la feria internacional BCN&Cake que se celebra este fin de semana en la capital catalana. En total, nada menos que 7.700 metros cuadrados dedicados a esta tendencia que, desde hace unos años y en paralelo a la crisis económica, ha llegado a España para endulzar las bocas de los más golosos. A golpe de colores chillones, ideas imposibles y siempre con un ojo puesto en las producciones estadounidenses (todo empezó con Carrie y Miranda comiéndose unos cupcakes en la serie ‘Sexo en Nueva York’), la repostería creativa tiene todas las papeletas para quedarse.
“Una vez que lo pruebas, no hay marcha atrás”, comenta Pat, ahora convertida en la impulsora del sugarcraft (decoración de azúcar). “Si disfrutas de una tarta personalizada en una fiesta y te gusta, querrás volver a hacerlo”, añade. Lo mismo sucede con los cupcakes, esas magdalenas coloreadas y dulzonas que tienen amantes y detractores a partes iguales.
En concreto, la segunda edición de la BCN&Cake viene avalada por el éxito del año pasado y se traslada ahora al Centre de Convencions Internacional de Barcelona (CCIB), con más de 120 expositores nacionales e internacionales que mostrarán sus creaciones más espectaculares y sus últimas novedades en utillaje, técnicas, talleres y cursos. “Yo voy a andar loca entre dar una clase sobre un pastel de Navidad y realizar demostraciones”, explica.
Junto a ella, los visitantes podrán aprender de los mejores cake designers del momento y disfrutar de ponencias gastronómicas, talleres, concursos de pasteles y galletas o actividades tan curiosas como un desfile de delantales. El objetivo, compartir la afición entre cientos de visitantes y perfeccionar el gusto por las cosas hechas en casa.
Ya sea fruto de la recesión o de la cultura pop, el hecho es que parece que ya no vale por comprar un postre directamente en la pastelería. Hacerlo uno mismo relaja, gusta más y es incluso trendy. Que se lo digan a los hipsters, que también se han sumado a esta moda con toques vintage, aunque algunos ya hastiados proclaman con humor la vuelta de los dulces monacales.
No obstante y, como en todo fenómeno, también se pueden ver elaboraciones exageradas y creaciones freaks. Schmidt puede decir que hizo una superhamburguesa (dulce) de metro y medio pero, sobre todo, un gigantesco bulldog para homenajear a los profesionales de El Bulli cuando Ferran Adrià decidió cerrar en 2011 el mejor restaurante del mundo. Aún a día de hoy, la experta reconoce que ésta es su obra maestra.
Sus ojos han visto ya de todo pero lo que más le sorprendió fue las creaciones de Roland Winbeckler, un experto en hacer tartas a tamaño real. “Las de Elvis y Lady Di son espectaculares”, ríe. Así, si quieres trabajar en repostería creativa, pegarte una merienda de órdago en la BNC&Cake o convertirte en un fan experto en la materia, éste es tu momento. Y si después de estos tres dulces días te quedas aún con las ganas, siempre puedes visitar el Cake Museum de California, todo un templo a los postres, aunque el Willis Museum, en plena campiña inglesa, tiene el honor de exponer nada menos que la tarta de boda más antigua del mundo. Elaborada en 1898 ha sobrevivido a dos guerras mundiales y luce, 115 años después, tan tiesa como el primer día. Ahí es nada.
Texto de Ari Basaguren