Bluebell Coffee: Un café sobre ruedas de lo más exclusivo
La gastronomía callejera que está más de moda va sobre cuatro ruedas y en cucas caravanas que llevan en su interior, además de un buen producto delicatesen, historias que las hacen únicas y especiales. Bien sea por su comida, por su estética o por su filosofía, son las auténticas protagonistas de la corriente street food que ya recorre media España. Entre ellas, se encuentra Bluebell Coffee, especializada en el conocido como ‘café de tercera generación’ que cuenta con una tradición que cautiva a los amantes de este cereal.
La esencia de Bluebell tiene su origen en USA, concretamente en el estado de Montana, y es que su propietaria Marián Valero, experta barista, fue allí donde probó este café “definitivo” o de “tercera generación”, nombre que responde a un movimiento que pretende elevar el cultivo, producción y exquisitez de este cereal a culturas más cercanas a nosotros. Desde entonces tuvo clara la idea y el vehículo con el que llevarla a cabo, una Citroën Hy con 42 años de antigüedad, chasis bajo y que en su vida anterior se utilizó para vender champagne por diversas ferias y mercados franceses.
A través de su caravana, pretende acercar su pasión y su particular forma de elaborar el café a su clientela. “Se debe controlar todo el proceso, desde la producción del grano hasta el servicio al cliente. Si alguno de los eslabones cede, se rompe toda la cadena y llegados a ese punto casi es mejor tomarse un arábica de cualquier bar", afirma Marián. Este proceso es tan meticuloso que sólo un 10% del cultivo de todo un año es válido y seleccionado como café de calidad.
Pero esta cafetería móvil tiene su origen en un local del barrio valenciano de Ruzafa, una de las siete cafeterías que en España mantienen los dogmas de esta tercera ola del café y única en Valencia. Allí trabaja con su joya mimada, La Marzocco, una cafetera que Marian denomina como "el Ferrari dentro de Bluebell Coffee”. Eso sí, para sus desplazamientos utiliza otra máquina expresso y un tipo de cafeteras especializadas para ofrecer café filtrado (cafés muy ricos de origen africano y de sabores afrutados). No obstante, y a pesar de ser imprescindible contar con una buena maquinaria para hacer este tipo de cafés, también es necesaria la figura del barista que es el encargado de cerrar todo el proceso en las condiciones más óptimas.
La figura del barista
Él es el que tiene la última palabra y el que convierte el acto de manipular el grano en un ritual sin precedentes. Su pesado, su molido, la manera de verter el agua a la temperatura exacta… todo forma parte de una elaboración digna de reconocimiento y que no se descuida nunca, ni siquiera en la caravana. Un último consejo: tomarlo sin azúcar.
Y es que esta bebida cambia por completo de sabor en el paladar; no es amargo, es mucho más suave y sus propiedades le aportan un toque de bebida refrescante que se puede combinar con leche fresca. Además forma un tándem perfecto con los dulces que la misma Marián prepara y que también se pueden degustar sobre ruedas: tartaletas de limón, cookies caseras y bolitas de chocolate y coco veganas.
Nuestra barista, además de ser una enamorada del café, lo es también de las labores humanitarias que con la producción de éste se llevan a cabo. Son muchas las familias en países del tercer mundo que viven de ello y a su alrededor se organizan importantes proyectos de desarrollo. Y, siguiendo esta línea de negocio justo y responsable, observamos otros detalles como los vasos donde Marián sirve su bebida, que son biodegradables.
Sin duda, Bluebell Coffee es una de las pocas caravanas cafeteras que recorren la Península y que ofrecen la posibilidad de poner el broche de oro a cualquier festival o evento que se precie. Su objetivo: crear una cultura del café en la calle y hacerla extensible allá donde aparca sus cuatro ruedas.