Desmontado tópicos: 5 mitos falsos sobre el café (II)
1. Para aliviar la resaca, una taza bien cargada. Cuántas veces lo habremos hecho y qué equivocados estábamos. Es verdad que, por un momento, el café puede despertarnos de la resaca pero lo más probable es que a la larga acentúe nuestro malestar.
El café es un estimulante gástrico y eso no contribuye a que se nos asiente el estómago. Mientras estéis de copas, no os fiéis de otro mito: beber un café o chupar granos de café evita que demos positivo en un test de alcoholemia. Falso. El café no reduce los niveles de alcohol en sangre y masticar el grano solo cambiará el olor de nuestro aliento.
2. El descafeinado. Dejémoslo claro, el café descafeinado sí que tiene cafeína. Para que se considere descafeinado debe cumplir unos estándares: a nivel internacional se establece que debe haber eliminado al menos el 97% de cafeína, mientras que la Unión Europea indica que se debe eliminar el 99,9%. Sea como sea, el café descafeinado todavía conserva pequeñas cantidades de cafeína. Así, tal y como dice la International Coffee Organization, podemos calcular que en Europa una taza de café descafeinado contiene de media unos 3 mg de cafeína, mientras que una taza de café normal puede tener entre 70 y 150 mg.
3. Corazón a prueba de café. Según recoge la Fundación Española del Corazón, estudios recientes desmienten el mito de que el café puede causar enfermedades cardiovasculares. Es más, una investigación del National Institute of Health de Estados Unidos expone que el consumo diario de café puede llegar a protegernos de este tipo de enfermedades y de otras de carácter respiratorio e infeccioso. De todos modos, hay que evitar el consumo excesivo de café ya que la cafeína podría alterar nuestro sistema nervioso y aumentar el riesgo cardiovascular. Por eso, se fija un máximo: entre tres y cuatro tazas de café al día.
4. ¿Engorda o adelgaza? Aunque hay opiniones de todo tipo, lo cierto es que el café es una bebida prácticamente libre de calorías, siempre y cuando se consuma sin azúcar y sin leche. Además, puede ayudar a saciar levemente el apetito en momentos de tentación. Aunque este recurso no funciona igual para todas las personas y tampoco se debe contemplar como la solución dentro de un plan de dieta. Por otro lado, tampoco es cierto que sea el causante de la aparición de celulitis. Es más, los compuestos químicos de muchas cremas anticelulíticas están hechos a base de cafeína.
5. No, gracias. Que no dormiré... eso es lo que decimos erróneamente cuando nos ofrecen una taza de café a media tarde. Se necesitan aproximadamente cuatro a cinco horas para que el cuerpo elimine la cafeína del café. A menos que seamos muy sensibles a la cafeína, tomar un café por la tarde no debería afectar a la calidad de nuestro sueño. Si somos más susceptibles a sus efectos -más común en las personas de mediana edad-, lo que se recomienda es que la última taza se consuma al menos seis horas antes de acostarse.