Doce flores comestibles para tus platos
Capítulo aparte es el que sufrimos hace unos años –todavía quedan algunos resquicios por pulir- con algunos cócteles y las peculiares ‘ensaladas' que nos ofrecían cocteleros afines al cuanto más mejor. Por suerte, la ola de adornos en la copa se ha ido diluyendo y ahora son pocos o muy pocos los adornos florales que encontramos en nuestros tragos.
Para hacer que un plato sea bonito, no hace falta pasar horas y horas encerrado en la cocina, ni volverse loco pensando en qué posición depositar nuestras elaboraciones. Las presentaciones más bonitas, suelen ser las más sencillas y con la ayuda de los germinados o de las flores que a continuación os contamos, el éxito está asegurado.
Begonia:
Ya sean rosas, blancas, rojas o de cualquier tonalidad, estas flores son perfectas para dar un toque colorido a nuestras presentaciones, especialmente en las ensaladas y carnes. Suelen tener un sabor ácido ligeramente dulce.
Caléndula:
Gracias a su color anaranjado no solo sirve para adornar nuestros jardines, sino que sus pétalos también son útiles para decorar las ensaladas. Su sabor, lejos de ser suave, es más bien amargo y picante.
Capuchinas:
Aunque en Europa su uso no está muy expandido de momento, lo cierto es que a los latinoamericanos y estadounidenses consumirlas comestiblemente no les da miedo. Procedentes de Sudamérica y también bautizadas como tacos de reina, las capuchinas no tienen ningún problema en adaptarse a nuestros huertos, por lo que añadirlas a nuestras ensaladas no debería suponer ningún reparo. Su gusto, nos recuerda al berro.
Clavel:
Como otra aromática flor, el clavel es un gran aliado para decorar los platos aportándoles un sabor dulce y apetitoso a ensaladas y postres. Entre sus variedades, destaca el clavel de los poetas por su atractivo visual.
Crisantemo:
Dependiendo del color, el sabor de sus pétalos puede ser desde amargo hasta picante. Cuidado, la parte central no es comestible.
Diente de León:
No solo es digerible desde su centro hasta los pétalos, sino que también nos aporta numerosas vitaminas y puede emplearse en cualquier tipo de comida. Las raíces, secas y tostadas, se convierten en un sustituto del café.
Flor de calabacín:
Aunque de momento solo está popularizado su uso en forma de verdura, lo cierto es que la flor de calabacín también podemos consumirla como ya hacen los italianos. Su sabor, es fino y dulce.
Flor de cebollino:
Más suave que la cebolla y de color violeta, esta flor se presenta como una opción ideal para acompañar las ensaladas y guarniciones de la carne.
Flor de jazmín:
Por su aroma, la flor de jazmín se presenta como una magnífica elección para acompañar los platos de carne, aunque la manera más conocida de consumirla sea en forma de té.
Margarita inglesa:
Gracias a su belleza, se han convertido en una alternativa magnífica para decorar nuestros platos, pese a que debemos emplearla con cuidado debido a su sabor amargo.
Verbena de limón:
Parecida al limón, la verbena es una buena opción para añadirla a nuestros postres, infusiones y ensaladas.
Violetas:
Ya sean secas, confitadas o frescas, las violetas se caracterizan por un suave sabor al que le acompaña el atractivo visual de las mismas.
Utilizar la flor entera o solo sus pétalos, dependerá de los colores de tus presentaciones y de la flor. Ya sabes, para convertirte en un auténtico chef de alta cocina, lo único que tienes que hacer es visitar tu herbolario más cercano para elegir cuál de las atractivas flores es conveniente que añadas a tus refinadas recetas.