La alcachofa de Benicarló, un alimento rico y saludable con D.O.
La gastronomía española cuenta con un gran prestigio internacional debido principalmente a los productos agrícolas o alimenticios que nuestra geografía produce. Ingredientes de primerísima calidad que son los que certifican que estamos ante una cocina saludable, imaginativa y sobre todo muy variada. Una apuesta segura es optar por los productos con Denominación de Origen (D.O.) como la conocida alcachofa de Benicarló que goza de esta certificación desde el año 1998.
Su cultivo
El cultivo de esta hortaliza, que crece principalmente en aquellas regiones mediterráneas que gozan de un clima suave, se produce en esta ciudad castellonense desde hace más de 500 años tras el primer asentamiento árabe. Sus terrenos, con pendientes medias inferiores al 5% y prácticamente a nivel del mar, dan lugar a un microclima especial.
Esta circunstancia provoca que la variedad cultivada, también conocida en el mercado como “Blanca de Tudela” en las categorías Extra y Primera, adquiera una compactación y un apiñado del fruto que le aporta la excelencia al producto y lo diferencia del resto. Un sello inequívoco a la hora de reconocer la auténtica alcachofa de Benicarló es su forma chata, compacta y su peculiar hoyuelo.
Su comercialización se inició a finales de la década de los 40 cuando el hortelano benicarlando, habituado al cultivo de esta planta desde tiempo inmemorial y heredero de determinadas prácticas culturales como la extracción, almacenamiento y conducción de aguas para el riego, no dudó en producirla a gran escala. Hecho que vino determinado principalmente por la aproximación de los mercados nacionales mediante el transporte por carretera.
La alcachofa en la gastronomía
Para los vecinos de Benicarló, la alcachofa es mucho más que la hortaliza que les ha dado fama internacional, es todo un acontecimiento social. De hecho anualmente, durante el mes de enero y coincidiendo con la temporada de esta planta, se celebra la tradicional Fiesta de la Alcachofa que en 2015 cumple su XXII edición.
Durante unos días, se ponen de manifiesto las posibilidades gastronómicas casi infinitas de esta verdura. Así, los restaurantes de Benicarló y de la comarca del Bajo Maestrazgo, deleitan a vecinos y visitantes con un amplio repertorio de entrantes, guisos suculentos y una cada vez más sofisticada gama de dulces. Pero sin duda, la forma culinaria más clásica y sabrosa de disfrutar de su sabor es cocinándola a la brasa, de tal forma que las hojas externas se queman pero protegen a las más tiernas que, aderezadas con una pizca de sal, son las preferidas de los lugareños.
Aunque si una cosa está clara es que para disfrutar de todo su sabor la alcachofa debe consumirse fresca, debe ser pesada, sus hojas han de ser flexibles, resistentes y estar muy apretadas unas contra otras porque como dice un refrán levantino “hoja a hoja se come la alcachofa”.
Dicho popular especialmente indicado para su consumo en crudo, en ensaladas y aliñada sólo con unas gotas de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta. De esta manera, al natural, es posible apreciar todos sus matices de sabores.
Propiedades de la alcachofa
Estamos ante una hortaliza muy rica en fibras y que aporta muy pocas calorías, aproximadamente 49 cada 100 gramos, por lo que es todo un clásico en muchos regímenes de adelgazamiento. Además, ayuda a eliminar la grasa y las toxinas del cuerpo facilitando la depuración del organismo. Otra de sus principales virtudes es que proporciona los ácidos necesarios para reducir los niveles de colesterol en sangre y disminuir la presión arterial.
La alcachofa de Benicarló, saludable y además con corazón, es protagonista de muchos platos pero también fuente de inspiración para escritores y poetas como Juan Cervera Sanchis que la describe de esta manera: “tan bella y tan alimenticia, cuyo estelar papel en nuestra dieta; su autoridad subraya nuestra mesa”.