L'Antic Taller, factoría culinaria en un menú de 7 tapas
Marzo está resultando un mes más que interesante a nivel gastronómico, sobre todo si tenemos en cuenta el deleite de nuestro paladar gracias a los 'Menús de Tapas', una iniciativa que podremos disfrutar hasta el próximo día 31.
Miramos la guía de los restaurantes que participan y hoy nos decidimos por L'Antic Taller, una cervecería en la que nos cuentan que, salvo un par de las tapas del menú propuesto, el resto de las sugerencias, incluido el postre, forman parte de la carta habitual del local. O lo que es lo mismo, gracias a un menú tan representativo vamos a conocer qué se cuece en este taller culinario.
Hummus con picos de pan tostado
Arrastramos un pico de pan tostado dentro del hummus y nos lo llevamos a la boca. Mmmm… la primera sensación es buena, el hummus es consistente sin ser para nada un mazacote, y su sabor es intenso, de los que te llegan al fondo del paladar. Se aprecia un poco el picante, lo que incrementa su sapidez, y eso es porque el pimentón picante toma su protagonismo. El pico de pan tostado es de los buenos, de los que crujen, así que combina a la perfección con la suntuosidad del garbanzo triturado. Buen entrante.
Mini bravas l'antic taller
Cortadas en dados pequeños, llega una generosa ración de mini bravas bañadas en dos salsas. El alioli es ligero, tanto en su espesor como en el ajo que lleva que, aunque se aprecia, trata de ser sutil. Si nos parece que pica más es porque las patatas están todavía muy calientes, pero a ver quién es capaz de resistirse a hincarle el diente a una brava, ¡por más que esté recién sacada del fuego! En cambio, la segunda salsa es de tomate con verduras, se nota el pimiento y la cebolla, y es suave, con lo que contrasta y se complementa muy bien con el alioli. En nuestra opinión, a las patatas les faltaba un puntito crujiente, pero no dejamos ni media.
Sepia con albóndigas y trompetas de la muerte
A priori, un platillo que lo tenía todo para ser la estrella de la noche. Mar y montaña conjugados en una tapa que sin duda puede serlo, pero que en esta ocasión no lo fue. Un exceso de cocción hace que la carne picada pierda todo su jugo y quede seca, y que la sepia y las trompetas de la muerte no puedan realzar ningún sabor. Una lástima, aunque está claro que le daremos una nueva oportunidad la próxima vez que vengamos.
Croquetas de gamba roja (y queso)
Vaya por delante que las croquetas son como las bravas, apuesta más que segura. En este caso, el atractivo es que sean de gamba roja, ingrediente del que no estamos acostumbrados a catarlas. El par de croquetas no pueden aparecer ante nosotros de mejor modo: forma, color y fritura perfectas. Tomamos una, le damos un buen mordisco y una suave bechamel nos inunda la boca. No tiene pequeños tropezones, la crema es uniforme. La paladeamos, y aunque nos cuesta encontrar la presencia de la gamba roja, ya que el queso se impone en la textura, no podemos decir que no a una croqueta tan bien hecha como esta.
Calamares a la andaluza con mayonesa de limón
Los calamares a la andaluza, junto a las bravas y las croquetas, conforman la tríada pura en el mundo del tapeo. Aquí, en lugar de un limón para exprimir su jugo por encima, acompaña a los calamares una grata mayonesa, ligera como el alioli pero a la que cambian el sabor del ajo por un toque de limón. Buena ejecución, la combinación del calamar con la salsa lo mejora notablemente. El único pero es el rebozado, demasiado crujiente, en lugar de rebozar la carne del calamar queda como una costra, con lo que enmascara su sabor a mar.
Dados de filete de ternera con champiñones y reducción de cerveza
Tapa de contraste de texturas y sabores (la imagen de apertura). Los champiñones están cocinados únicamente por el sombrero, que queda tostado sin llegar a amargar, y permite que el hongo no pierda el agua, por lo que su carne es gustosa y muy tierna. Los dados de ternera están al punto, dorados por fuera y rojizos por dentro y, junto a las setas, se agradece el dulzor de la cebolla rehogada en la reducción de cerveza y la almendra picada salteada con un toque azucarado, que son sus acompañantes. Hasta ahora, esta tapa no formaba parte de su carta habitual pero, sin duda, podrían replanteárselo.
Vasito de cheesecake con frutos rojos
Que el cheesecake venga en un pequeño tarro, ya dice mucho de lo que en L'Antic Taller cuidan a este postre. La presentación es toda una declaración de intenciones, pero es que es probarlo y tienes la sensación de que se detiene el tiempo y solo estás tú y tu cheesecake. Tanto la mermelada de frutos rojos, de cerezas, moras y frambuesas, como el cheesecake son suaves, con un dulzor en su justa medida que no empalaga ni un ápice, al contrario, cucharada tras cucharada y no te hartas. Al fondo del tarro no hay la típica torta de galleta triturada, aquí utilizan magdalena, cuya textura hace que el sabor del queso se aprecie incluso más. Ex-tra-or-di-na-rio.
Precio del menú (que incluye dos bebidas): 22€.