Los mejores desayunos de cuchillo y tenedor en Valencia
Levantarse y arrancar el día con energía depende de una decisión: qué desayunar y dónde hacerlo. Aunque a primera vista pueda parecer algo excesivo, arrancar el día con una buena dosis de proteínas presenta, más allá de las apariencias, ciertas ventajas. Un desayuno contundente retardará la sensación de hambre y hará que nos olvidemos del tan temido picoteo entre horas.
Así, el refrán “Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo” refleja las bondades de esta fórmula a la que se han apuntado muchos restauradores y que se aleja de la típica combinación pieza de bollería- café con leche tan popular en muchas casas y bares.
Puerta del Mar
Empezamos nuestro recorrido por el restaurante Puerta del Mar, ubicado en pleno centro de la capital valenciana. Un lugar donde degustar las mejores variedades y propuestas de desayuno. Entre sus especialidades encontramos las sardinas con huevos fritos y pimientos de Padrón. Una combinación muy clásica, pero a la vez perfecta, que os animamos a probar.
Se han de combinar los tres sabores en cada bocado porque sólo de esta manera apreciamos todos los matices. Se trata de un plato sencillo pero, justo, es en esta sencillez donde se esconde la riqueza de su sabor al combinarse tres ingredientes con sabores muy auténticos. Fue fácil terminarse el plato ya que la sardina, a pesar de estar frita, no estaba muy salada y los pimientos tampoco le aportaron un toque picante al conjunto. Eso sí, esto siempre es cuestión de suerte ya que como reza el refranero tradicional “los pimientos de Padrón unos pican y otros no”. Imprescindible tener un trozo de pan a mano para rematar la yema de huevo que, una vez rota, impregna todos los ingredientes. Sin duda, si sois amantes de los productos de siempre, este sencillo y contundente plato es una buenísima opción.
Don Pelayo
Una de las recetas indispensables en todo desayuno con cuchillo y tenedor que se precie es el guiso tradicional de magro con tomate. Y si éste es el del bar Don Pelayo son palabras mayores.
Un plato de sabor suave, pese a lo que se pueda pensar, ya que su ingrediente principal es el cerdo. Nos sorprendió gratamente la ternura y jugosidad de la carne. Ramón, el cocinero del local, nos explicó que el secreto para que ésta se deshaga en la boca es que esté cocinada a fuego lento y, como toque final, regar el sofrito con un chorrito de vino blanco. Disfrutamos mojando con pan la salsa del guiso resultante, con un tomate bien triturado y un ligero toque de pimiento rojo troceado sólo perceptible a la vista. Repetiremos.
Amorós
Y para finalizar, imprescindible hacer una parada en Amorós, el bar más antiguo y con más solera de la ciudad. Todo un referente que todavía conserva la esencia de los años 20, cuando fue inaugurado, y cuya barra ha visto pasar a personajes históricos de la talla de Orson Welles o Ava Gardner. Es precisamente en esta barra donde ofrecen a vista del cliente todas sus especialidades.
A pesar de ser muchas y de lo más variadas, nos decantamos por unas croquetas de bacalao acompañadas de escalibada. Las croquetas "estaban de muerte" y las comimos con pan untado en ajoaceite. Una mezcla perfecta ya que la corteza del pan era extremadamente crujiente y contrastaba con la jugosidad de la masa casera de las croquetas. El sabor suave de la escalibada (berenjena, pimiento rojo y cebolla al horno) matizaba el regusto más potente de la croqueta.
Después de probar este desayuno con cuchillo y tenedor, entendemos el por qué de la fama y supervivencia de este céntrico local a lo largo de los años.