Tres desayunos madrileños de cuchillo y tenedor
Todos sabemos que el desayuno es la comida más importante del día, pero son pocas las ocasiones que tenemos tiempo para disfrutar de un desayuno de “cuchillo y tenedor” como se hacía antaño. Quizá una paradita después del inicio de una jornada madrugadora, a eso de las 11,00 puede ser un buen momento para llenar de vitalidad la mañana. Aquí propongo 3 rincones madrileños que reivindican el buen desayuno.
El Mandil
Conserva la esencia de barrio que se ha hecho tendencia en los últimos años. Luis Pérez de Mendiola concibe este lugar como un espacio para disfrutar de la buena comida con una extensa barra, a la entrada mesas altas con taburetes coloreados que la rodean, y un coqueto comedor más amplio al fondo. Un servicio amable y atento completan esta oferta urbana a precios asequibles.
Puestos a usar el tenedor, yo me pedí una “Bruschetta con queso feta, cebolla caramelizada y rúcula” sobre pan de cereal, para continuar con unos huevos poché (también pueden ser revueltos o fritos) con jamón ibérico. Existe la opción de tomarlos con setas, bacon, chistorra, espinacas o salmón. Además de su cuidada presentación sobre un pan redondo pasado por la plancha, realmente es un plato muy bien ejecutado.
Creatividad, buena materia prima y raciones generosas en una clara apuesta por la cocina tradicional con una presentación actualizada.
La Taberna de Pedro
Es el segundo establecimiento de los hermanos García de la Navarra, Luis y Pedro. Su secreto se basa en una cocina tradicional sincera y honesta ligada a la estacionalidad de cada producto con una carta breve y las mejores recomendaciones del día.
A la entrada una barra con mesas altas enfrente y un pequeño comedor detrás, con una decoración actual que, como su cocina, hace honor a la sencillez y el buen gusto. Un buen sitio para sentarse y disfrutar de ese desayuno de cuchillo y tenedor.
Entre sus propuestas, me quedo con la ensaladilla rusa, que se diferencia del resto por su zanahoria picadita, la mezcla de bonito en aceite y en escabeche y una pizca de mostaza que se añade a la mayonesa, sin duda una de las mejores ensaladillas de Madrid y una muy buena manera de empezar el día.
La mi Venta
Es el establecimiento más clásico de mi elección, y representa quizás aquellos desayunos castellanos de nuestros antepasados. Pionero en la venta de jamón ibérico desde 1962, hoy siguen los 4 hijos de Ángel González trabajando por la continuidad de esta casa ubicada enfrente del Palacio Real y que ha sabido actualizarse con los tiempos, manteniendo la calidad de sus productos con una cocina de siempre.
Podemos desayunar en la barra, en alguna de sus mesas altas o en la sala de picoteo. Y por supuesto elegir alguno de los clásicos de su carta. Yo me atreví con media razón de jamón ibérico con un tomate “Aliñao” con ajoaceite de oliva virgen extra de la variedad Picual y todo esto acompañado de una tapa de sus típicas migas manchegas y otra de su pisto, manchego también.