Cómo evitar las agujetas y combatirlas cuando aparecen
Casi todo el mundo ha sufrido alguna vez agujetas. Por muchos años que pasen, esta dolencia sigue siendo uno de los quebraderos de cabeza de muchos deportistas, sobre todo de aquéllos que después de un tiempo de inactividad vuelven a entrenar duro.
Vaya por delante que no hay un remedio infalible para evitar este tipo de molestias, pero sí que con algunos trucos alimenticios podemos minimizar el dolor y su duración. De hecho, agujetas es el nombre coloquial de un dolor muscular de aparición tardía (DMAT).
¿Cómo las puedo evitar?
Hay diferentes teorías sobre su aparición pero ninguna está demostrada al 100%. Podríamos decir que el mejor consejo es la prevención. La primera lección es tener un plan progresivo de la práctica deportiva, es decir empezar a baja intensidad y subirla de manera gradual. Lo segundo, y también muy importante, es tener un buen plan de estiramientos antes y después. A pesar de todo, las agujetas son un poco caprichosas y al final su aparición es casi inevitable.
La mayoría de veces aparecen sin avisar, normalmente entre 24 y 48 horas después de la carga física. Una vez han hecho acto de presencia, primero hay que tener paciencia y tranquilidad y después tomar alguna cosa que pueda reducir el dolor.
Desmontando mitos
Cuando se sufre el dolor de unas agujetas, una de las cosas que va bien es no dejar de hacer ejercicio, es decir mantener el mismo tipo actividad pero a menor intensidad. De esta manera podemos activar el riego sanguíneo de la zona afectada y así reducir el dolor. A nivel alimenticio uno de los remedios más extendidos, y a la vez falsos, es tomar bicarbonato sódico o azúcar. Error. Es verdad que es un remedio aceptado a nivel popular, pero eso no significa que funcione (no está demostrado científicamente) y además podría llegar a producir problemas gástricos.
Zumo de sandía y de granada
En cuanto a la alimentación posterior al ejercicio, algunos estudios recomiendan tomar alimentos antioxidantes y antiinflamatorios.
Uno de los productos más recomendados es el zumo de sandía, aunque todavía no se comercializa. Hace poco más de un año, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIA) de la Universidad Politécnica de Cartagena hizo un zumo a base de sandía que ayudaba a reducir el dolor de unas agujetas. Su fundamento científico es un aminoácido con efectos analgésicos, la L-citrulina, y la sandía es muy rica en esta proteína sobre todo en sus capas exteriores y en la corteza. Además, también contiene un compuesto bioactivo llamado licopeno, que posee efectos beneficiosos contra el estrés, los problemas cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Otra fruta que contiene ‘propiedades anti-agujetas’ es la granada (entera o en zumo), porque es muy rica en potasio, vitamina C y E y además tiene polifenoles, responsables de su elevada actividad antioxidante. De hecho, según un estudio del Departamento de Ciencias Alimenticias de la Universidad de Texas (Austin), el zumo de granada reduce la debilidad, mejora la recuperación de fuerzas y reduce el dolor de los músculos tras el ejercicio excéntrico.
Visto lo visto, ni la sandía ni la granada hacen milagros, pero pueden ayudar. Resumiendo, la mejor manera para combatir agujetas es la prevención: tener una rutina progresiva de ejercicios, hacer buenos estiramientos y tener una dieta rica en antiinflamatorios y antioxidantes. Lo mejor de todo es que la solución está en tus manos.
Texto de Artur Vilalta