Kéfir: el yogurt con beneficios infinitos para tu salud
El kéfir es un hongo que se nutre de agua, té o leche. Este último es el ingrediente más habitual y del que resulta una especie de cremoso yogurt que popularmente se conoce con este mismo nombre. Aunque, si lo mezcláramos con otros ingredientes como el agua, obtendríamos algo completamente distinto, una especie de limonada gasificada. Originario de la región del Cáucaso, se le atribuyen efectos beneficiosos, inclusive, sobre la prolongación de la vida.
Al entrar en contacto con la leche, ésta sufre una doble fermentación, la suya propia y la originada por el hongo. Esta circunstancia, es la que dota al kéfir de su singularidad frente a otros yogures. Tras este proceso de fermentación, donde intervienen varias bacterias, se obtiene un líquido espeso aunque menos consistente que el yogurt convencional.
Eso sí, no debemos olvidar que se trata de un alimento totalmente natural, obtenido con leche que no ha sido tratada. Además de fabricarlo nosotros mismos, si poseemos el hongo, podemos encontrarlo en herboristerías o en cualquier tienda especializada en nutrición. Es importante, para poder disfrutar de todos sus beneficios, que tengas mucho cuidado con su conservación y adviertas si se produce algún cambio en su textura, sabor y olor.
Cómo prepararlo
El kéfir 100% natural conserva infinidad de propiedades y su sabor es mucho más auténtico que el que se puede encontrar en un supermercado. Por eso te mostramos cómo prepararlo, siempre que poseas nódulos de kéfir.
Ingredientes:
- 750 ml. de leche fresca entera o pasteurizada
- 150 gr. de nódulos
Preparación:
- En 1 recipiente de vidrio (de 1 litro de capacidad), dejar la leche para que coja temperatura ambiente.
- Añadir los granos de kéfir, tapar y dejar reposar de 12 a 36 horas según la consistencia deseada, también a temperatura ambiente. Con 12 horas obtendremos una leche kefirada, con 24 tendrá una consistencia más similar al yogurt y con 36 una mayor cantidad de líquido y un regusto más ácido.
- Observarás cómo los nódulos irán creciendo, de forma que será necesario añadir más leche si deseas que sea más claro que espeso (si lo prefieres más espeso déjalo así).
- Retirar el hongo
- Batir la leche
El kéfir se puede consumir solo pero también, y más aún en esta época del año, se puede mezclar con frutas de temporada para hacer refrescantes batidos y helados.
Cómo conservarlo
La conservación del hongo debe hacerse en un lugar fresco y seco por lo que lo más aconsejable es hacerlo en nevera. Una vez por semana se deberá lavar con agua tibia y no clorada.
Propiedades
Reconocido por su poder regenerador de la flora intestinal y estimulante de las defensas naturales, este lácteo favorece la digestión principalmente en aquellas personas que no toleran la lactosa. Así, gracias a su consumo, nuestro organismo es capaz de transformar y sustituir la flora intestinal putrefactiva por bacilos lácticos de propiedades antisépticas. Incluso, numerosos estudios, afirman que combate la aparición de la E. Coli. Además, tiene un papel determinante en el fortalecimiento de las defensas de nuestro organismo, evitando los problemas causados por los ataques de bacterias o virus que debilitan nuestra salud.
Como curiosidad cabe señalar que el kéfir también se utiliza en determinadas zonas del Cáucaso como sustituto de la leche materna. Como verás, ante semejantes e innumerables bondades, no debes resistirte a probarlo porque además está muy rico. Ahora sólo es cuestión de incluirlo en tu dieta.