Sigue creciendo en Madrid el grupo China Crown tras el que se encuentran la infatigable y tenaz empresaria María Li Bao y su hermano Felipe Bao, responsable de las cocinas del grupo. Al pionero China Crown, que María convirtió en referente de la cocina china en la capital, se han ido añadiendo otros restaurantes como Shangai Mama, Le Petit Dimsum, Tottori, Fuku o Bao Li.
Este último sube un par de peldaños hacia lo que podemos considerar alta cocina china. Por instalaciones, por servicio, por bodega y, sobre todo, por su refinada oferta culinaria, Bao Li es, sin duda, el mejor (y más caro) restaurante chino de Madrid y, probablemente (con permiso del Shangai de Barcelona) de España.
Cra de S. Jerónimo, 9
28014 Madrid Madrid
España
La última incorporación al grupo es Lelong Asian Club, situado en el centro mismo de Madrid, a un paso de la Puerta del Sol o del Congreso de los Diputados. En un enorme local, decorado con elegancia oriental sin necesidad de parecer un parque temático, el espacio central lo ocupan una barra de coctelería y un gran botellero colgante. Mesas vestidas con manteles y detalles muy cuidados en vajilla y cristalería se unen a un numeroso y eficaz equipo de sala. Por la noche hay música a cargo de diferentes DJs; de día, una música ambiental excesivamente alta.
Además de la carta, a mediodía se ofrece un completo menú ejecutivo a un precio muy asequible para la categoría del restaurante. También a mediodía, los sábados y domingos se puede disfrutar del tradicional “Yum Cha”, con un carrito de dim sum que se pasa por el comedor para que los clientes vayan eligiendo y una carta de tés, la bebida con la que se suelen acompañar esos dim sum. Se añaden además algunos platos principales como el clásico pollo al wok al estilo de Sichuán o la panceta crujiente al estilo de Hong Kong.
En la carta del día a día aparece un apartado de sushi que es lo menos interesante de este Lelong. Lo mejor es centrarse en los platos chinos y muy especialmente en esos dim sum, la gran especialidad del grupo China Crown. Piezas muy refinadas, de masa delicada y ligera. También resultan especialmente buenos los xia long bao de carrillera de vacuno, el ha kao de langostinos y el siu mai de changurro, pero las jin gau (gyozas) de vacuno hechas al grill resultan solo correctas. Para los amantes de la casquería, las patas de pollo con salsa de abalón y muy especialmente (también para los aficionados al picante, a quien recomiendo que pidan expresamente así) las gam chin dou, tripas de ternera al estilo cantonés están francamente buenas. La otra gran especialidad del grupo es el pato, y aquí está a la altura: muy rico el que se prepara crujiente al estilo tailandés, ligeramente picante (de nuevo, que los amantes del picante lo pidan aparte), pero el mejor es el que se hace al estilo Pekín, medio o entero, que se sirve en la mesa siguiendo la tradición, con unas estupendas obleas y membrillo chino a partir de una vieja receta. También hay otras carnes, como las láminas de ternera con verduras encurtidas o la picaña de vaca salteada en salsa de té.
El apartado de mariscos y pescados es amplio. Aunque en España no lo pedimos a menudo en este tipo de restaurantes, en la cocina china y especialmente en la cantonesa, los productos del mar tienen gran protagonismo. Desde langostinos salteados al curry amarillo hasta un buen bogavante entero, salteado con jengibre y salsa de soja que se presenta troceado en la mesa y que se puede acompañar con arroz frito. Por medio la corvina al vapor, otra popular preparación china, y una especialidad del grupo, el Budhha Jump, un cocido tradicional que los hermanos Bao han recuperado. Guiso muy sabroso a base de abalones, pepino de mar, vieiras, setas y panceta que se come sobre arroz blanco y vale la pena probar. Más sencilla, pero también rica y sustanciosa, la sopa de fideos con caldo de ternera y huevo frito.
Como es habitual, los postres no aportan nada. Aquí se han animado a incluir uno nada oriental, la tarta fina de manzana con helado de vainilla, pero todavía tienen que darle una vuelta: pasada de horno y por tanto demasiado seca. Una amplia carta de vinos y un buen surtido de tés completan esta oferta tan atractiva.