Daniel Revuelta, Antonello Pelleri y Hiu Wai tenían un deseo: abrir su propio restaurante. Y eso es lo que hicieron en junio de 2020. Los tres pertenecen a esa camada de jóvenes cocineros muy preparados que han viajado por el mundo y han trabajado en sitios suficientes como para adquirir un gran conocimiento de lo que hacen. Y así, entre deseos, viajes y aprendizajes dieron forma a Pirañaconda, un restaurante ubicado en Benalmádena Costa en el que dan rienda suelta a su gran pasión por la cocina.
Los tres son unos enamorados de la cocina asiática y desde siempre se han formado en su técnica y en el conocimiento del producto. Precisamente, esta es la oferta gastronómica de Pirañaconda, cocina asiática tradicional con la intención de que los que vivimos aquí podamos conocer los auténticos sabores de este continente tan exótico culinariamente hablando. Platos japoneses, vietnamitas, tailandeses… todos muy bien elegidos, bien elaborados y con una materia prima impecable. La fiesta está servida en cada uno de ellos.
Pirañaconda es un lugar acogedor, de pocas mesas, por eso el servicio es muy personalizado. La carta suele cambiar cada seis meses con la intención de generar una gran variedad en los platos para que el factor sorpresa sea continuo. Además, incluyen sugerencias del día.
Para abrir boca puedes empezar con un ceviche de atún o uno de sus tartares, ya sea de carne, atún o salmón, algún tiradito o tataki o su ensalada vietnamita. Nosotros lo hicimos con un tiradito de vieira con salsa de ají amarillo, rabanito y shisho. Un plato con un toque picante a la vez que fresco al que acompañamos de unos nigiris de tres variedades de pescado: el de atún rojo con soja marinada en el propio restaurante y un poco de cebolleta holandesa; el de ventresca de atún con ponzu levemente sopleteada; y el de pez limón con lima, sal Maldon y hoja de shiso.
Para continuar degustamos el plato estrella de la casa: el takoyaki. Se trata de un buñuelo japonés de pulpo y camarones elaborado con tinta de calamar al que acompañan con katsuobushi (atún seco fermentado) y mermelada casera de ciruela. Es una opción ‘street food’ venida de Japón que no te debes perder.
De sus platos calientes también nos decantamos por el pan bao de pato, salsa hoisin casera, pepino, cebolla morada y cilantro. La carne del pato estaba cocinada a 60 grados de temperatura durante media hora. Otras opciones que tienes en esta parte de la carta son las gyozas de rabo de toro, galangal, cebolleta y salsa de soja con su propio jugo o el satay, un solomillo de ternera y pollo con salsa de cacahuete.
Por supuesto, no quisimos perdernos unos de sus tartares, y nos decantamos por el de carne. En Pirañaconda lo preparan con un 50% de wagyu y un 50% de solomillo de ternera, añadiendo yema de huevo de codorniz curada en sal y hoja de shiso tempurizada para comerla a modo de tosta. Antes de comer este plato, habrás probado un poco de flor eléctrica para limpiar el paladar y que tus papilas gustativas se impregnen del sabor de la carne.
Para el termine, degustamos un plato tradicional como el nyonya de pollo, un plato elaborado a base de curry de pollo, con caldo, patata, batata, judías y leche de coco. Todo elaborado por ellos, porque si de algo presumen en Pirañaconda es que todo sale de su cocina. Entre los platos tradicionales tienes otras opciones como el rendang de ternera, la carrillera caramelizada y un pato en dos cocciones.
Como buen restaurante asiático, puedes degustar también un wok, un pad thai un nasi goreng (arroz) o un mie goreng (a base de fideos de huevo).
Para el bocado dulce probamos un postre tradicional vietnamita como es el sago, que está hecho con leche de coco reducida con jengibre y azúcar, tapioca hervida, melón cantalupe y cacahuetes tostados. Un postre que no debes perderte seas goloso o no, ya que tiene el punto justo de dulce sin ser nada pesado. Por supuesto, tienen mochi relleno de helado o plátano frito con jengibre, miel y salsa de vainilla, entre otras opciones.
Pirañaconda es, sin duda, un gran viaje gastronómico por distintos puntos del continente asiático. Si has visitado alguna vez esta parte del planeta, te vas a trasladar allí de nuevo, y si no, tendrás la oportunidad de conocer a qué sabe y huele Asia. Sabores potentes, exotismo, técnicas culinarias tradiciones aplicando el conocimiento de ahora y un buen servicio. Un restaurante al que irás y querrás volver.
Av. las Palmeras, 22, Local 8
Benalmádena Málaga
España