Taberna Arzábal

En estas fechas en las que parece que tenemos algo más de tiempo para pensar y reflexionar, resulta gratificante echar la vista atrás y recordar el comienzo de una de las parejas mejor avenidas de la gastronomía madrileña. Fue en la primavera de 2009, con un equipo de cinco personas y poco más de seis mesas, cuando abría sus puertas Taberna Arzábal. En aquel momento, la zona de Retiro comenzaba a despegar como una nueva milla de oro culinaria. Gracias a ellos, la hora del aperitivo, caña y croqueta en mano, tomó un nuevo aire y el barrio se convirtió, hasta el día de hoy, en el place to be del afterwork y los findes eternos.

Ahora Grupo Arzábal se compone de más de 200 personas y cuenta con dos locales (Arzábal Retiro y Arzábal Reina Sofía) y otros proyectos bajo su dirección: Kirikata (taberna japonesa disponible para pedidos a domicilio) y Arzábal Market, en el Mercado de San Miguel donde también se encuentra Madrí (mejillones tigre y patatas bravas). Además, dispone de un foodtruck propio que forma parte de Madreat Market. En el inicio del estado de alarma, Morales y Castellanos, tenían claro que su equipo debía estar disponible para ayudar a los más vulnerables en una coyuntura tan complicada. De esta manera se sumaron a World Central Kitchen sacando su cocina central, con la participación de decenas de voluntarios, y ofreciendo más de mil comidas diarias a personas que lo necesitaban.  

“Para nosotros ha sido una responsabilidad ayudar y colaborar a través de nuestras cocinas en estos difíciles momentos que estamos atravesando. Junto a World Central Kitchen tomamos esta responsabilidad y les agradecemos que nos ayudaran a través de su conocimiento adquirido en catástrofes de grandes magnitudes”, explicaba Iván Morales. Con la situación relativamente establecida, toca ofrecer lo mejor de sí mismos a su clientela de siempre y a todos aquellos que quieran descubrirlos, de momento en dos formatos: entrega a domicilio y recogida mediante pedido previo.

Una oportunidad de conocer y disfrutar de lo que ellos definen cómo cocina artesana, atendiendo a la calidad de la materia prima y de temporada. Platos y raciones en los que brillan sus clásicos (croquetas de ibérico con leche de oveja, ensaladilla rusa con ventresca, callos con morcilla ahumada), las chacinas (cecina de León, jamón dulce trufado, finocchiona), el picoteo variado (gambas al ajillo, salmorejo, alitas de pollo con salsa pepitoria) o el excelso cuchareo (lentejas con carabinero, garbanzos con pulpo, pochas con almejas). Súmale elaboraciones de carnes y pescados de altura y probablemente tengas una de las mejores opciones de comida a domicilio de toda la región. Un consejo, deja hueco para su famosísima torrija.

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