Hace algo más de tres años (enero de 2019), Josep Maria Kao y su familia apostaron por expandirse y conquistar los Pirineos con su exitosa oferta gastronómica que lleva años triunfando en Barcelona. Desembarcaron en Soldeu, en el corazón de Andorra, a 1.800 metros de altitud, con una propuesta que condensaba toda su experiencia en la elaboración de una carta de alta cocina asiática. Esa ha sido, precisamente, la seña de identidad del grupo, que tiene otros cuatro establecimientos, a lo largo de más de cinco décadas.
La idea que rondaba por la cabeza del restaurador y a sus dos hijas, Meilan y Nayan Kao, era tan sencilla como atractiva: trasladar el modelo de éxito de sus consolidados restaurantes de Barcelona -Shanghai, Kao Dimsum o Mr Kao- a un entorno totalmente distinto. “Nuestro objetivo es sustituir el asfalto por las montañas, pero manteniendo el mismo espíritu con el que llevamos años triunfando”, asegura Josep María. Y ha sido aquí, precisamente entre montañas, donde han consolidado su apuesta.
Entrar en el Universo gastronómico KAO y no acabar degustando alguno de sus dos platos estrella puede casi considerarse una ofensa. Su pato pekinés, deshuesado, cortado y servido en la mesa del comensal, es todo un clásico. Y sus dim sum se han convertido en un ritual culinario cuando se accede al local. Pero vamos por partes.
De entrada, el restaurante, que tiene en los fogones (siempre que puede) al propio Josep María Kao, reconocido como uno de los mejores chefs asiáticos de España, ha hecho una apuesta por una selección de platos invernales de la alta cocina china. Incluye, como no podía ser de otra manera en un entorno pirenaico, sopas tradicionales, fideos de pasta fresca, elaborada al momento, y salteados al wok o Ramen chino.
Pero la propuesta de la familia Kao va mucho más allá de las sopas invernales y para ello, tal vez, nada mejor como lanzarse a por el menú degustación, que contiene, en esencia, el alma de su cocina y condensa con acierto algunos de sus platos más universales. En Gastronosfera nos hemos decidido por ese menú, que te desgranamos paso a paso.
Para abrir boca, un aperitivo a base de huevo de pato milenario, aderezado con jengibre, salsa de soja y aceite de sésamo. Le siguen unos variados Dim Sum (pequeños bocados orientales) con pasta elaborada a mano, que combinan las cocciones de vapor, hervidos y fritos (crujientes). Arrancan con un Wanton de langostinos seguidos de un muy acertado Nem vietnamita con vinagreta de soja sobre una capa de lechuga francesa. ¡Todo un clásico! La propuesta se completa con un Jiao Zi de ternera con una suave compota de trufa. Y se cierra con un plato servido con cuatro Dim Sum: Hagao de gambas, Xiao Long Bao, Siu Mai verde de langostinos, pollo y caviar de trufa y un Crystal Dumping. El camarero te indicará el orden para saborear cada uno de ellos y que los sabores se integren adecuadamente.
Antes del plato principal, que no podía ser otro que el famoso Pato Pekín, la gran especialidad de la casa, el menú opta por dos primeros, que tienen a las verduras como protagonistas. Por un lado, unas judías finas con pollo. Y por otro, sus fideos salteados con verduras, setas (rosiñols), huevo poché y una trufa fresca que ralla el camarero delante tuyo y que es servida sobre el conjunto. Sin trampa ni cartón. Muy acertado y sabroso. El pato Pekín es el colofón a este menú que resume la esencia KAO. De nuevo es cortado, deshuesado y servido en sala.
Si eres más de carta y no quieres una propuesta gastronómica preestablecida, tienes a tu disposición una considerable oferta de carnes y pescados. Especial es la ternera salteada con cebollitas tiernas, cocinada en plancha de hierro. Y no menos sabrosa la espectacular dorada Hong Sao, de medio kilo, asada con reducción de soja, jengibre y anís.
La decoración del local, con capacidad para 50 comensales, es cosa de la interiorista Pilar Líbano, que ha sabido darle el toque necesario para transportar al comensal a la China más glamurosa sin moverse de Andorra. Todo entre sus paredes respira oriente. Y esa acertada selección de materiales, luces y decoración, ayudan a crear la atmosfera necesaria para darle un toque de sofisticación, pero nada recargado. Un equilibrio perfecto entre minimalismo y elegancia contenida.
En la época invernal, el restaurante, que se suma a la cada vez más amplia oferta de locales con encanto en Soldeu, está abierto de martes a jueves únicamente por las noches. Los viernes, sábados y domingos la apertura incluye también los mediodías. El precio medio oscila entre los 40 y los 60 euros. El menú degustación cuesta 65 euros, bebida aparte.
Carretera General 2, nº19, Hotel Park Piolets
Soldeu (Principat d'Andorra)
España