6 fuentes de proteína vegetal más allá de la soja
Hasta hace poco la soja era la reina indiscutible de las proteínas vegetales. En el año 2019 destacaron muchas opciones de productos basados en plantas, especialmente en lo que se refiere a las fuentes de proteínas. A medida que las personas se vuelven más conscientes acerca del origen de los alimentos, las proteínas de origen vegetal probablemente ganarán más impulso aún.
Esto ya sucede en el mercado de las leches vegetales ya que muchas empresas se apresuran a lanzar sus propias alternativas de leche que no sea de origen animal tales como de almendras, arroz, coco, guisantes, pistacho, sésamo negro, soja…. Algunos productos desbancan a la leche de soja como la codiciada leche de avena.
El Informe de Tendencias de Whole Foods 2020 alude a la judía mung, la semilla de cáñamo, la calabaza, el aguacate, la semilla de sandía y la clorela dorada como fuentes de proteínas a tener en cuenta en el Año Nuevo, ya que ofrecen un espectro de aminoácidos de origen vegetal.
Una dieta sin soja
La soja ha dominado el espacio de las proteínas vegetales estos últimos años. Cada vez cobran más protagonismo los productos “sin soja” que se sustituirán por mezclas innovadoras para imitar las texturas cremosas de los yogures y otros productos lácteos. Esta nueva tendencia no solo va dirigida a veganos sino a todos aquellos flexitarianos que buscan introducir en su dieta productos a base de plantas y evitar tantos alérgenos como sea posible.
Alternativas a la soja
Judía Mungo o Vigna radiata. Esta legumbre se caracteriza por su fácil digestión y por su alto contenido en proteínas. Se la conoce también como soja verde. Se emplea a menudo para dar consistencia a las hamburguesas vegetales entre otros muchos usos culinarios.
Calabaza y aguacate. Nuestra querida calabaza y el codiciado aguacate se pueden utilizar por su textura como un sustituto de la soja en mantequillas o aceites vegetales. El puré de calabaza también puede sustituir a los huevos en los productos horneados. Funciona especialmente bien en alimentos densos y húmedos, como panes y panecillos dulces.
Semillas de cáñamo. Se las considera un superalimento por su gran contenido nutricional y aminoácidos esenciales, especialmente ácidos grasos Omega 3 y 6. Y sí, provienen de la misma planta que la marihuana sin sus efectos narcóticos o hipnóticos. Su sabor es ligeramente dulce, muy parecido al de las almendras. Se pueden consumir como tal, o en forma de aceite, polvo y como suplemento en cápsulas. Al igual que la soja se puede utilizar para dar consistencia a cremas de verduras, ensaladas, pan, sopas, guisos, para elaborar distintas harinas…
Semillas de sandía. Hace poco hablábamos de la mantequilla de semillas de sandía que es un gran sustituto de cualquier mantequilla de origen animal. Se pueden también añadir a batidos o usar como espesante para sopas como alternativa a la nata.
La chlorella dorada. Este superalimento es un alga unicelular de forma esférica que proporciona muchas proteínas pero también está repleto de vitaminas, minerales, aminoácidos y omegas. No tiene alérgenos conocidos y no contiene gluten o lactosa. Es conocido sobre todo por sus propiedades de refuerzo del sistema inmunológico y por desintoxicar el cuerpo, especialmente de los metales pesados. Esta no tiene ni el color ni el sabor de las algas, por lo que es ideal para mezclar con zumos, batidos y yogures. También puedes añadirla a salsas, sopas, aderezos, espolvorearla sobre cualquier plato vegetariano.
Intolerancia a la soja
Las intolerancias y alergia a los productos elaborados con soja cada vez son más comunes. Los efectos perjudiciales de la soja transgénica se estudian cada vez más. Esta soja manipulada genéticamente suele ir acompañada de azúcar añadido, sodio, grasas o conservantes. Por ello siempre se recomienda consumir la soja natural no procesada.
Con todos los productos de soja que se hay en el mercado: leche de soja, yogures de soja, tofu, tempeh... La soja es a menudo la primera proteína vegetal que viene a la mente y una de las más comunes para aquellos que siguen una dieta basada en plantas. Sin embargo, no todo se reduce a ella. Los frutos secos y las semillas son grandes fuentes alternativas de proteínas. La quinoa, como la soja, es una proteína integral con todos los aminoácidos esenciales. También tiene un alto contenido de proteínas, ya que contiene 8 gramos por cada 100 gramos cocinados. Si quieres dar un paso más, busca el amaranto. El amaranto es un grano antiguo con 9 gramos de proteína por 100 gramos. Si uno tiene alergia a la soja se debe tener precaución con las hamburguesas vegetales elaboradas con soja y patata.