Lugares donde la cocina, la pasión y la cultura se equilibran a la perfección, existen pocos en Valencia. Pero existe Quina, un restaurante de cocina peruana contemporánea que fusiona sabores exóticos, interpretados con gran creatividad, y productos autóctonos más mediterráneos como guiño a la ciudad del Turia.
Robert Richter y Christy Chaves son los artífices de este proyecto gastronómico, de carácter muy personal, ubicado en el barrio de Mestalla. Desde este local, inaugurado en el 2019, han conseguido posicionarse como embajadores de la cocina peruana en Valencia. ¡Ahí es nada! La suya es una propuesta que no obvia las raíces peruanas de Christy, ni tampoco el tiempo que Robert trabajó en el país latinoamericano y cuya experiencia le marcó y cautivó a partes iguales. Pero, como le gusta subrayar al chef, “nuestros platos tienen toques muy mediterráneos y valencianos por la influencia de la zona donde nos ubicamos”.
A nadie se le escapa que la gastronomía peruana es una de las más deliciosas y variadas del mundo. De ahí, las texturas, los colores y sabores que desprenden cada una de las creaciones de Robert. Un cosmos vanguardista fruto del aprendizaje adquirido no sólo en algunas de las mejores cocinas de Perú sino también de Europa. Astrid&Gastón, Central, 99 Restaurante, Aponiente o Palmiro Ocampo son sólo una muestra de su amplio y destacado currículum.
Carrer d'Antoni Suárez, 29, Bajo izquierda
46021 El Llano del Real Valencia
España
De este último, Robert adquirió el concepto de cocina consciente, o lo que es lo mismo, hacer un uso total de los ingredientes locales respetándolos al máximo. “Cuando hablamos de consciencia, nos referimos a trabajar con el pescado de aquí, el producto de la huerta… haciendo con todo esto una la cadena gastronómica más sostenible”, comenta el chef. De ahí, por ejemplo, que con la cáscara de lima elaboren sus propios jugos fermentados o incluso mermeladas.
Sin duda, la apuesta gastronómica de Quina pasa por la identidad geográfica y cultural con Perú: desde la costa hasta los Andes y selvas peruanas. Una diversidad que se refleja en cada bocado con platos como las empanadas de ají, el ceviche blanco o las causas con diferentes ingredientes: pulpo, salmón o gamba blanca en leche de tigre. Eso sí, todo un descubrimiento, la causa de pollo campero con una potencia de sabor que aún recuerdan nuestros paladares. Nos sorprendió gratamente el tiradito de salmón, una de las recetas peruanas más vistosas donde se sirve la leche de tigre en mesa justo antes de probarlo. En el “seco de bacalao” encontramos una versión del típico seco de cordero de Perú, pero, en esta ocasión, elaborado con pescado de lonja por la proximidad al mar. Eso sí, servido con quinoa blanca con huancaína para no perder los orígenes. En cuanto a arroces, Richter se atreve con un arroz con pato con filetes de magret, cebolla morada y huevo frito. La textura cremosa del arroz es increíble. Recomendamos maridarlo con una cusqueña bien fresquita o un pisco sour.
Y como no podía ser de otra manera, la experiencia culmina con los postres de Christy que reúnen con delicadeza una explosión de texturas, quedando patente que a la repostería no se le pueden poner fronteras. De ahí las 3 leches, un exquisito bizcocho remojado en 3 leches con nata, canela, pisco y merengue gratinado. El toque final se lo aporta la mermelada de cáscara de lima, un verdadero placer para el paladar. Igual que ocurre con los picarones, unos buñuelos de boniato y calabaza que se bañan en miel de chancaca infusionada con naranja y hoja de higos.
Quina toma su nombre del árbol sagrado de Perú, venerado por sus numerosas propiedades medicinales y que representa la riqueza de paisajes y naturaleza viva que tiene el país. Una naturaleza que aquí puedes comerte a bocados y que te invitamos a no perderte.