Cuando a principios del 2018 prácticamente nadie en Galicia trabajaba el concepto de desayunos fuertes, variados y muy elaborados gastronómicamente que hoy entendemos como brunch, unos atrevidos baristas de vocación y emprendedores hosteleros de profesión decidieron abrir Porto Café, un reducto vigués para adentrarse en los aromas y sabores de los mejores cafés del planeta.
Sin duda que el acierto de Juan Manuel y Eduardo (ambos oriundos de Venezuela) es haberse anticipado a los tiempos en hacer diana con una propuesta diferente, basada en productos frescos, naturales y con un punto de exquisitez como su oferta de pan crocante, que llega a diario directamente desde Portugal; un aspecto que cuidan y mucho en el establecimiento puesto que el local mantiene aún una buena fama de la panadería que lo habitaba antes de llegar estos baristas.
El establecimiento, inteligentemente situado en las cercanías de Plaza Independencia, es un referente del desayuno para los que laboran en esta parte del Vigo más moderno y prolífico en oficinas, banca, coquetas tiendas de comercio y demás. Casi nadie quiere perderse la oportunidad de comenzar el día con un café de especialidad, el principal motivo de la buena marcha del negocio. “Aunque aún no todo el mundo conoce este tipo de café de mayor calidad, poco a poco vamos introduciendo estas variedades y una vez que el cliente se decide a probar alguno, la más seguro es que repita en una segunda visita a nuestro local”, reconoce Eduardo.
“Nosotros trabajamos mucho los blends (mezclas) con cafés de Guatemala, Honduras y Perú, aunque nos gustan mucho casi todos los cafés de Centroamérica. Además, cada mes y medio vamos cambiando los cafés de especialidad que ofrecemos porque como el producto que ofrecemos proviene de fincas y se trata de un café muy seleccionado y de alta calidad vale la pena y probándolos y ofreciéndolos todos”, nos explica Juan Manuel, responsable de la sala del local.
Estos cafés diferentes, con pasaporte de distintos países, muy aromáticos y que invitan a degustarlos solos, son granos que comercializa una empresa importadora que se dedica a buscar tostaderos por el mundo entero, pero con especial atención en Centroamérica y Europa donde buscan lotes de cafés especiales que luego distribuyen en establecimientos muy seleccionados como Porto Café. “Pero siempre respondiendo a criterios que nosotros les solicitamos, porque, si de algo entendemos, es de café”, enfatiza el encargado de sala, quien nos aclara que además de los granos que ellos mismos eligen, también cuentan con un tostadero a su servicio donde perfilan el punto exacto que desean obtener de cada uno de los cafés de origen que ofrecen en el local.
Pero la propuesta del establecimiento no termina en esos cafés de especialidad, sino que se complementa con otra serie de productos (todos elaborados en el propio local), como los bizcochos en la carta dulce y el humus o el tomate especiado en el apartado salado. Todo ello entre boles de frutas con piña, frutos rojos, mango, manzana, plátano o jengibre, una variedad de sabores para los veganos, celíacos y para los amantes de productos saludables y naturales.
Este verano el local fue incluso punto de encuentro muy popular para disfrutar con amigos de un terraceo a la hora de la merienda (degustando unas tortitas elaboradas por Eduardo) o con una cerveza o un vermú antes de la cena. “Desde que abrimos solo paramos cuando la pandemia, porque habitualmente trabajamos los siete días de la semana desde muy temprano, y a veces incluso también alguna noche”, expresa Juan Manuel, que a la hora de esta entrevista (casi al caer la noche) ya lleva servidos más de 400 cafés durante la jornada.
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