Su propietaria, Renata Palaghianu, que adquirió el negocio hace tres años y Àlex, que durante trece años fue jefe de cocina en el restaurante El Molí de l'Escala y que previamente había trabajado en varios locales de Barcelona, hablan de "cocina real" cuando definen su modo de trabajar. Y efectivamente, en el restaurante Arrels encontramos una cocina capaz de seducir todos los paladares, donde proliferan los productos de proximidad y de Km 0 siempre que es posible y aquellas elaboraciones que, bien hechas, son un éxito asegurado.
La brasa es una de sus especialidades y la encontramos en platos como el solomillo de ternera, el txuletón de vaca gallega, las verduras o el txuletón Joselito de cerdo ibérico, una de las últimas incorporaciones a la carta.
Otro de los platos fuertes son los arroces, que Àlex y su equipo de cocina (encabezado por Luís Alfredo y Elsy Muñoz) preparan en diferentes formatos: arroz caldoso de bogavante, arroz a la marinera con cigalas, gambas, almejas y mejillones; rissotto de setas, espárragos verdes y escalope de foie o un sabroso arroz de pluma Joselito 100% bellota a la brasa con setas.
En los entrantes, entre los que hay platos fríos y calientes para compartir, destaca el tartar de atún con aguacate, el carpaccio de magret de pato y foie con aceite de trufa o los huevos rotos con patatas y butifarra de perol, entre otros. También figuran elaboraciones de otras latitudes como los tacos mexicanos de cochinita pibil o el peruano ceviche de corvina con caviaroli (cápsulas de aceite de oliva).
No faltan otras propuestas que remiten inevitablemente a la cocina catalana como los caracoles secos con sal y pimienta hechos a la llauna o con salsa picantona elaborada a base de foie. El mar y montaña de pollo ecológico con gambas o la espalda de cordero al estilo ampurdanés son otros platos que llevan sello catalán.
Finalmente en los postres los amantes del chocolate encontrarán su oasis con las texturas de chocolate a base de cremoso de chocolate, helado, bizcocho de chocolate al vapor y crumble de cacao. También destacan otras creaciones de autor como la espuma de crema catalana con manzana de Girona o el helado de turrón, con aire de ratafía y naranja confitada.
Más allá de la carta, Arrels ofrece tres tipos de menús: uno que sirven los fines de semana; otro que ofrecen entre semana, que consta de cuatro primeros, seis segundos y cuatro postres a elegir; y el más reciente, el menú Inedit, que casa con la cerveza de Estrella Damm y que ofrecen cada día de la semana.
Un menú muy equilibrado que incluye un aperitivo para compartir con dos platos fríos (burratina con fresas, tomate, pesto y aceitunas Kalamata y un tartar de salmón con aguacate y aire de soja) y dos elaboraciones calientes (croquetas de marisco y huevos rotos con patatas y alcachofas). En el segundo, el cliente puede elegir entre un entrecot argentino a la brasa con espárragos o rape a la marinera.
Completa el menú, que incluye pan, agua y cerveza Inedit, un postre ligero donde el chef demuestra su técnica con un helado de piña y cilantro, con espuma de cerveza Inedit, piel de naranja confitada y aire de regaliz. Los postres integran parte de los ingredientes de la propia cerveza deconstruida, elaborada con malta de cebada y trigo y aromatizada con cilantro, piel de naranja y regaliz. Un excelente punto y final a una comida redonda.
El restaurante tiene en el amplio espacio otro de sus grandes aliados. Dispone de tres grandes salas con capacidad para unas 200 personas y un jardín exterior que se convierte también en un gran comedor al aire libre. Cuando la pandemia lo permita, será un excelente lugar para realizar comidas de grupo, eventos especiales o celebraciones. Renata, su propietaria, que hace catorce años llegó de vacaciones desde Rumanía y ya se quedó en Girona, tiene muchas ideas para aprovechar el espacio con el buen tiempo. Un Martini Time o un mercadillo al aire libre con presencia de pequeños negocios y artesanos son algunas de las opciones que baraja en un futuro próximo, siempre y cuando las restricciones sanitarias lo permitan.
FOTOS: Martí Artalejo
Carretera C-250, km 7
Quart Girona
España