La Biblioteca Gourmande

Quienes se acerquen por vez primera a La Biblioteca Gourmande es muy posible que antes de conocerla se pregunten: ¿por qué llamar biblioteca a un restaurante? La respuesta, cuando nos la explican, es totalmente lógica. Si en una biblioteca se coleccionan y guardan libros para compartir con los lectores el gozo de su lectura, en un restaurante se hace prácticamente lo mismo con las recetas de siempre, que se atesoran y preparan para disfrutar sus maravillosos sabores con los comensales.

Así, en este acogedor establecimiento, nuestro paladar hará acopio de los sabores genuinos, suculentos y suaves de la cocina catalana y mediterránea elaborada a partir de productos sumamente frescos tratados como realmente se merecen, con técnicas modernas que respetan todas sus cualidades.

Situado en pleno barrio del Raval de Barcelona, entre el Liceu y el mercado de la Boqueria, del que se nutren para ofrecer la máxima calidad y apostando por el producto de proximidad, la Biblioteca Gourmande ocupa un antiguo local con un interiorismo que ha sabido respetar y realzar la estética familiar de los establecimientos “de siempre”.

Mesas de mármol y madera, grandes espejos, techos altos con vigas a la vista y servilletas de cuadros. Todo contribuye a que nos sintamos rodeados de un ambiente sumamente agradable y familiar. En el sótano, además, existe un espacio ideal para las comidas en grupo.

Los propietarios, entre ellos Enric Oliva, ponen énfasis en que la suya es una “cocina sincera y con estilo propio”. Y hay que darles la razón cuando podemos comprobar que no hay engaño alguno en la cocina a la vista, que nos permite observar “en vivo y en directo”, como se dice en algunos canales televisivos, la preparación de los platos.

Si nos apetece una comida a base de tapas, o de “las pequeñas delicadezas de la Biblioteca Gourmande”, como ellos las denominan, no debemos perdernos los dados de salmón ahumado marinado en hierbas frescas con queso quemado, los buñuelos de bacalao en suave alioli con toque de menta, el pollo de corral con pimiento salteado y crema de aguacate  o el cordero frito con salsa de finas hierbas.

Si optamos por la carta, excelentes entrantes como la ensalada de pollo de corral con virutas de parmesano, piña asada, bacón crujiente y rosas así como el atún rojo con tomate verde, crema de ajo dulce y huevo de codorniz. Entre los productos del mar, gambas rojas al horno con crema de garbanzos y tocino, bacalao frito con finas judías blancas al perejil anegado o un delicioso arroz caldoso de bogavante al estilo del chef.

Caso de decantarnos por un plato de carne, magret de pato de corral con puré de manzana, cordero asado relleno de setas con puré de escalibada o entrecot de buey de pradera, a la parrilla con patatas y trigueros. Para finalizar con dulces, más que recomendable cualquiera de sus pasteles caseros o la degustación de postres.

Ofrecen también un menú degustación compuesto por cinco platos y un postre que nos permite descubrir la esencia de su cocina, así como diferentes propuestas de menú para grupos.

La propiedad ha puesto además en marcha una iniciativa que trasciende el fenómeno “boookcrossing”: en el restaurante hay una increíble biblioteca con títulos que abarcan desde Tolstoi a Terenci Moix, pasando por Gonzalo Torrente Ballester o Henry James. Si acudes con un libro al restaurante, puedes escoger otro de una lista de más de 200 títulos. Y atención, en varios de ellos (una docena actualmente) se esconde un premio: un vale para disfrutar de un menú degustación.

Un lugar tranquilo, honesto, con una situación privilegiada en el centro de Barcelona, con una comida que no solo nos deja satisfechos sino que, además, nos invita a repetir la experiencia y con un servicio atento y profesional. Cocina sin lujos pero de calidad lujosa. ¿Alguna opción mejor?