Junto al Nerua, Etxanobe y Mina, el póker de restaurantes con estrella Michelín en el Bilbao metropolitano lo completa el Zortziko, que es el más antiguo y el que ha sabido crecer y transformarse al ritmo que lo hacía la capital vizcaína, hoy ejemplo de regeneración urbana.
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La cristalera de la entrada ya hace que muchos paseantes se detengan ante el Manduca. La decoración que va cambiando Romina, con tiestos de flores o con lo que más se adapte según la temporada, ya indica que en este restaurante las cosas se hacen con mucho cariño. Uno ve enseguida que la decoración, que combina muebles restaurados, con máquinas de escribir Olivetti o sifones antiguos, tiene personalidad sin olvidarse de ser acogedora.
Cuanto menos resulta sorprendente. Diego Benítez, graduado en Gastronomía en la primera promoción del Basque Culinary Center, ha abierto en Madrid su propio restaurante. Pero en lugar seguir las nuevas tendencias de la cocina, como hacen casi todos los chicos de su edad, ha decidido apostar por una mirada nostálgica a los felices años 20 del siglo pasado. Una vuelta a los platos más clásicos y al lujo de un tiempo muy diferente del actual.
Uno a veces se hace preguntas que tal vez no vengan al caso o, quizá, sean de lo más pertinentes. La pregunta me asalta en El Informal de Marc Gascons, ¿será esta la cocina catalana del futuro? Me asalta aquí y en otras casas – la de Sergi de Meià, en el Hisop de Oriol Ivern– y aunque podría surgir en muchos otros restaurantes, estos tienen, para mi, un acento especial aún sin guardar parecido entre ellos.
Trabajar en equipo puede ser dificultoso a veces. Sin embargo, según Georges Auguste Escoffier, cocinero, restaurador y escritor culinario francés, los métodos de la cocina han cambiado y cada rol está más establecido. De ahí las unidades de cocina que también popularizó Ferran Adrià. Así que si a la pasión y la disciplina le sumamos un equipo con la misma filosofía y las ganas de asociar lo mejor de cada uno, encontramos la mejor fórmula.
Valencia es una de las ciudades españolas con mayor número de edificios modernistas y el Mercado de Colón, con claras influencias estéticas de Antoni Gaudí, es uno de los más emblemáticos. Su privilegiada ubicación, en una de las zonas con mayor actividad comercial de la ciudad, unida a la reciente apertura de restaurantes exclusivos y diferentes espacios gourmet, han convertido a esta catedral del modernismo valenciano en todo un referente gastronómico y polo de atracción de aquellos que buscan una oferta cosmopolita y de calidad.
El restaurante Amador es uno de esos “rincones secretos” que toda ciudad quiere tener y, desde luego, ingredientes no le faltan.
Cuando entras por primera vez en La Salita es fácil reconocer los casi 9 años de bagaje del local. Se identifica a la perfección la idea que sus propietarios, Begoña Rodrigo y su pareja Jorne Buurmeijer, le quisieron imprimir desde un primer momento y que no es otra que dar a los clientes la misma sensación de comodidad que les ofrecería la salita de su casa, hasta tal punto que deseasen quitarse los zapatos. De ahí el nombre escogido.
Visitamos RiFF, un selecto restaurante ubicado en el centro de Valencia que sigue manteniendo un año más su merecida estrella Michelin. El mérito de este galardón recae en su chef y propietario Bernd H. Knöller quien nació en la región de la Selva Negra alemana una noche del 19 de marzo, coincidiendo con la festividad en la que los valencianos queman sus fallas.
La Costa Brava está llena de lugares magníficos, de rincones encantadores, de atalayas con vistas privilegiadas, de edificaciones medievales que todavía se conservan como testigos de nuestra historia… Pero hay un puñado de lugares que reúnen en sí mismos todas las condiciones mencionadas para convertirse en espacios sublimes.
Nuevos conceptos. Desde tiempos inmemoriales la Humanidad ha avanzado siempre con la aparición de ideas nuevas, innovadoras, de conceptos que abren nuevas vías. Esto ocurre en todos los campos, desde la ciencia hasta el ocio, desde el deporte hasta la cocina. Detrás de cada nuevo concepto hay una persona o personas que lo han creado, que lo impulsan.
En pleno corazón de Logroño, al abrigo de la fachada principal de la Concatedral La Redonda, se halla Marinée, un restaurante singular que quizá por casualidad o quizá por la fuerza del destino ha venido a asentarse en la Plaza del Mercado.
El hotel Fonda España tiene más de 150 años de historia y desde su inauguración hasta la actualidad ha vivido diferentes reformas y rehabilitaciones. La primera fue en 1898, 40 años después de abrir sus puertas en Barcelona. Entonces, en plena eclosión del Modernismo, se encargó a Lluís Domènech y Montaner reformar el edificio siguiendo este estilo.
Con su propuesta gastronómica más creativa y cuidada, Vintash es la “Joya de la Corona” de un consolidado proyecto ubicado en la zona de Torre del Mar (Málaga) que incluye además, un moderno chiringuito llamado Bahía de Tanit y el restaurante Tanit.
Hay restaurantes con historia y otros con muchísima historia. Auriga pertenece a este último grupo. Para empezar está situado donde, en la época de la Tarraco romana, se erigía el circo. Pero sus muros no sólo recogen historias de romanos. Este restaurante situado en el corazón de Tarragona, conserva elementos arquitectónicos del s. XII y XV. Pero su mayor tesoro no es su arquitectura, sino su original propuesta gastronómica que es toda una declaración de intenciones.
Ubicado en el centenario edificio de los Almacenes Vilardell, en pleno casco antiguo barcelonés, el Ohla Gastronòmic Bar revoluciona las raíces de la gastronomía, tanto las de la cocina catalana, que revisita y actualiza, como las de los horarios habituales de la restauración, con un servicio continuado desde las siete de la mañana hasta la una de la madrugada, de lunes a domingo.
Desde 2006, la cocina de alto voltaje gastronómico de Martín Berasategui, también se cuece en la Ciudad Condal. En un entorno privilegiado y bajo los muros del Hotel Condes de Barcelona, se esconde el Restaurante Lasarte, un local nacido para permitir que en Cataluña se deguste la misma gastronomía que en un tres estrellas vasco.