Hay restaurantes con historia y otros con muchísima historia. Auriga pertenece a este último grupo. Para empezar está situado donde, en la época de la Tarraco romana, se erigía el circo. Pero sus muros no sólo recogen historias de romanos. Este restaurante situado en el corazón de Tarragona, conserva elementos arquitectónicos del s. XII y XV. Pero su mayor tesoro no es su arquitectura, sino su original propuesta gastronómica que es toda una declaración de intenciones.
Este restaurante, abierto en 2008, no tiene carta. Y esto no es casual, ya que sus propietarios llevan al extremo el concepto de cocina de mercado. Sus propuestas gastronómicas se nutren de productos de temporada y sus platos se elaboran a partir de productos de proximidad. En función de lo que encuentren en el mercado cada día, preparan sus menús diarios. Uno para el mediodía y otro para la noche. Además de un menú degustación que se compone de seis platos y siempre a un precio inferior de 25 €. Más fresco, imposible.
Agustí Ferreres, uno de los dos propietarios del restaurante, comparte la historia que atesoran los muros de este restaurant así como su filosofía gastronómica.