Desde 2006, la cocina de alto voltaje gastronómico de Martín Berasategui, también se cuece en la Ciudad Condal. En un entorno privilegiado y bajo los muros del Hotel Condes de Barcelona, se esconde el Restaurante Lasarte, un local nacido para permitir que en Cataluña se deguste la misma gastronomía que en un tres estrellas vasco. Concebido como una prolongación del restaurante que Martín Berasategui tiene en la ciudad guipuzcoana de Lasarte, su homólogo barcelonés cocina con las mismas técnicas que su hermano mayor pero se enriquece con productos de un mar diferente, el Mediterráneo.
Solo cuatro años después de su apertura, el Lasarte se ha convertido en un referente gastronómico indiscutible de Barcelona. La fórmula del éxito: una minuciosa selección de los platos estrella de Martín Berasategui, cocinados con la eficiencia de Antonio Sáez, al mando de la cocina, y el perfeccionismo de Josep Villodre, en la dirección de la sala. Pasiones enfrentadas La historia del Lasarte comienza como el mejor de los relatos de amor. Corría el año 2004, cuando un joven Antonio Sáez decidía dejar su exitosa carrera en el restaurante vasco de Berasategui para perseguir el amor hasta Barcelona.
El destino y un currículum inmejorable, hicieron que el chef vasco le confiase el ambicioso proyecto de su nuevo restaurante en Barcelona. Así es como en 2005, Álex Garés y Antonio Sáez, tomaron las riendas del restaurante del Hotel Condes de Barcelona, el Talasa, para reformarlo y abrir el prestigioso Lasarte, en enero de 2006. Solo 10 meses después, recibieron la primera estrella Michelin, y en noviembre de 2009, ya con Sáez al frente de la cocina, la segunda.
Hoy se han superado todas las expectativas, algo que nadie podía augurar cuando decidieron hacerse un lugar en la difícil ruta gastronómica catalana. “Me arriesgué y acerté. Sabía que apostaba a caballo ganador”, asegura Sáez. Aquella difícil decisión es hoy el mayor acierto de su vida, una determinación que le ha recompensado con dos estrellas Michelin, “dos hijos y un matrimonio feliz”. Referente estético y gastronómico Sin dejar de lado sus raíces vascas, el interior del Lasarte se enmarca en el pasado más modernista de Barcelona, representado en las paredes por los adoquines de Gaudí que componen el suelo del Paseo de Gracia. Con capacidad para solo 35 comensales, “para mantener mejor la esencia”, el restaurante se organiza en tres espacios íntimos y cómodos.
Cenar en el Lasarte resulta una experiencia gastronómica única. En una atmosfera sofisticada, la sobriedad del mobiliario y de la iluminación, permiten concentrar todos los sentidos en el plato, dando el máximo protagonismo a los sabores y las texturas que Antonio Sáez prepara con delicadeza y perfección.
De hecho, pese a pertenecer al hotel, el restaurante mantiene su identidad y se nutre de sus propios clientes 100% Martín Berasategui Bajo la exitosa ecuación Berasategui, que equilibra productos y cocciones, el Lasarte combina platos clásicos del chef vasco con otros más actuales, que se sirven en los dos restaurantes simultáneamente. “La carta es poco extensa pero muy escogida, no hacemos filigranas y damos mucha importancia al producto, a su sabor, su textura y a una buena cocción”, asegura Sáez.
Para Antonio Sáez, capitanear el Lasarte le ha hecho una ilusión indescriptible pese a que “ha sido un camino duro, con mucha competencia, que hemos hecho con humildad”. El restaurante ha sabido combinar el saber hacer de los dos chefs, Sáez ha ido adoptando la manera de hacer los platos de Martín, adaptándolos a sus conocimientos de cocina y a los productos de Cataluña.
“Berasategui ha sido un excelente maestro, tanto en la cocina como en la vida”, concluye. Habiendo alcanzado todos sus retos, Sáez mira ahora hacia al futuro con la tranquilidad que otorgan dos estrellas Michelin y la incerteza propia de un restaurante novel. Para el galardonado chef, la mejor manera de defender la segunda estrella es apuntar hacia la tercera, trabajando a diario y haciendo platos cada día mejores, siempre “intentando no morir de éxito”.
Texto de Nuria Mañá