"Lo mejor está por venir". Este es el lema de Maná 75°, un restaurante situado en la Barceloneta, a pocos metros de la playa. Un canto a la vida que se traslada a su cocina, que ofrece una amplia variedad de arroces y entrantes con sabor a mar (y montaña).
Cuando entras en Maná 75° te invade una energía positiva y una sensación de calma que se explica por la ubicación del local, situado en un espacio ganado al mar. "Antes de abrirlo hicimos un estudio de feng shui, porque queríamos que fluyera la energía en el restaurante", detalla Pablo Tendera, propietario del local, que abrió sus puertas hace 4 años.
Unas buenas vibraciones que se mantienen intactas cuando observas el enorme y diáfano establecimiento, decorado con telas, esparto y madera, y ocupado por mesas redondas. "Estas evocan los tiempos de la caverna, cuando nos juntábamos alrededor del fuego, representado aquí por la lámpara de cada mesa", explica Tendera. Un espíritu ancestral y primitivo que tiene mucho que ver con el nombre del local. "El maná era el regalo de Dios, lo que caía del cielo a los israelitas cuando andaban por el desierto hacia la tierra prometida. Estamos seguros de que era arroz, la esencia de nuestras paellas", explica su propietario. Los 75° hacen referencia a la temperatura a partir de la cual entran en ebullición los selectos arroces que preparan en alguna de sus 19 paellas, perfectamente alineadas.
Las elaboran en una amplia cocina a la vista, que cuenta con un avanzado sistema de extracción para evitar el olor a comida, que solo perciben los comensales cuando llega a la mesa alguno de sus deliciosos arroces. El de carabineros se ha convertido en el más demandado. Méritos no le faltan a este sabroso y espectacular plato, con carabineros, almejas, mejillones y sepia. Los amantes de los arroces también pueden disfrutar del arroz de marisco del senyoret, otra de sus especialidades, el caldoso de bogavante, el arroz negro de calamares y mejillones o el de verduras de temporada, entre otras. También sirven dos deliciosas fideuás, una de ellas, negra.
Entrantes de mar y montaña y menú diario
Para abrir boca, Maná 75° cuenta con una amplia variedad de entrantes, como las gambas rojas de Huelva, servidas sobre una generosa capa de sal para "mantener el jugo de la cabeza", como indica Tendera. Una opción marinera a la que se suman otras tan apetecibles como los calamares a la andaluza, la cazuela marinera de almejas y mejillones o el pescadito frito. Los tartares también tienen mucho éxito entre los comensales. Además del clásico steak tartar sirven uno de salmón al estilo oriental con guacamole que es todo un reclamo por la noche, cuando ganan terreno las propuestas más ligeras.
El rodaballo a la plancha con pimientos del piquillo, el pulpo a la plancha con parmentier de patata, las ensaladas con productos de temporada y los carpaccios son una buena opción para acabar el día de la mejor manera, dentro o fuera del restaurante. En su amplia y agradable terraza-jardín, rodeada de romero, jazmín y otras plantas, se puede disfrutar de música en directo y cine al aire libre, propuestas ideales para disfrutar del verano en buena compañía.
Maná 75° también ofrece un completo menú diario de lunes a domingo. Se llama Menú Ilusión y se ha creado con esa intención. Cuenta con 7 primeros a elegir, con propuestas como la ensaladilla rusa trufada o las croquetas de pollo rustido, y 8 opciones de segundo plato, que incluyen arroces, fideuás y platos de mar y montaña. Los postres los presentan en una bandeja para que puedas escoger el que más te guste, entre propuestas como el coulant de mango, el lemon pie, el tiramisú, la macedonia o unos briochettes con helado de coco. La elección no resulta fácil.
Este espacio mágico y apetecible es el mejor punto de encuentro para reunirse, disfrutar de la vida y celebrarla. "La vida es manávillosa y el arroz hace el cariño", como bien dice su propietario.
Fotos: Marta Becerra