Caballa Canalla

La Barceloneta está de moda. Viajeros en chancletas, vecinos de cháchara aposentados frente a su portal, vermuts en las terracitas, patinadores luciendo tipazo, niños jugando a la pelota en cualquier plaza... Todo esto y una gastronomía tradicional y marinera, con toques vanguardistas en algunos casos, hacen de este barrio uno de los más interesantes de Barcelona.

Porque la Barceloneta tiene carácter propio desde que nació. Fue en el siglo XVIII cuando se instaló un enorme campamento militar, del cual las calles todavía conservan su trazado. Se trata de terrenos ganados al mar y que actualmente limitan con las playas y muelles del puerto, y esto se nota y se respira en cada esquina.

Sus “quarts de casa” (cuartos de casa) le confieren un aire único: son casitas pequeñas y sencillas, de dos a cuatro pisos, que en algunos casos ya están catalogadas por considerarse patrimonio arquitectónico de la ciudad.

Y en el centro de este barrio, una verdadera obra de arte: el Mercado de la Barceloneta. Creado por Josep Miàs, desde que abrió sus puertas en 2007 se ha convertido en el punto de encuentro del ecléctico vecindario. Con su estructura de hierro forjado recuperada y la aportación de este arquitecto, mano derecha de Enric Miralles, el mercado merece una visita por sí solo.

Y todo esto para contaros que existe un espacio singular dónde apreciar todo este carácter y diseño aglutinados: el restaurante Caballa Canalla. Ubicado en uno de los locales del mercado, con 475 m2 y capacidad para 202 comensales, cuenta con una sala en la planta baja abierta a la plaça de Joan Boscà.

Elementos marineros y sombreros tradicionales de paja cuelgan de sus paredes, además de lámparas de diseño tejidas a la usanza tradicional, que dan un aire elegante y acogedor a este espacio. La decoración, concebida por el estudio de arquitectura MESURA, ha rescatado la tradición de la Barceloneta, realzando la espectacular arquitectura del mercado.

Reuniones de trabajo, aniversarios, despedidas de soltero o incluso baby shower, todo cabe en los espacios polivalentes de Caballa Canalla, un local que se distingue por los productos de calidad que ofrece en sus tapas y platos que siguen la tradición culinaria de la Barceloneta sin renunciar a darle un toque modernizado y personal a las recetas de la abuela.

Si subimos las escaleras, nos encontramos con la verdadera joya del local: una buhardilla de 279 m2 con la cocina a vista, barra y escenario, dónde se puede celebrar cualquier evento en un espacio con vistas únicas a las entrañas de esta alucinante obra arquitectónica.

Entre el hierro forjado y el vidrio, se establece un particular diálogo entre el interior y el exterior del local. Aunque para grupos reducidos se aconseja “La Pecera”: un comedor adyacente, íntimo pero igualmente rompedor arquitectónicamente hablando.

En sus menús de grupo se puede optar por distintas opciones, aunque las más recomendables pasan por probar sus bombas y croquetas tradicionales de la Barceloneta, su bacalao con espinacas y muselina de ajo o sus mejillones en papillotte, servidos con un original envoltorio que ya de por sí es una atracción para el comensal.

Y con esta gran cocina de diseño a vista, había que organizar showcooking. Cada primer jueves de mes, el chef Guillem Rofes, se encarga de mostrar sus trucos tanto para iniciados en la cocina como para los que quieren quedar bien invitando a sus amigos. El reto, nos cuenta Rofes, es enseñar “recetas ‘difíciles’ con ingredientes que tienes por casa”.

Estamos convencidos de que aquella pesada tarea de organizar un meeting o una celebración familiar pasa a ser una auténtica experiencia placentera cuando puedes contar con un espacio singular y una cocina divertida y de calidad como la de Caballa Canalla.