Cala Bassa Beach Club

Alquilar una hamaca -o una cómoda cama- a pie de playa, ir de tiendas, degustar una oferta gastronómica basada en el producto de más alto nivel, recibir un relajante masaje o practicar actividades náuticas… Las opciones para pasarlo bien en esta playa ibicenca son inmensas. Convertida en un auténtico paraíso para los más hedonistas, por Cala Bassa Beach Club se dejan ver cada verano deportistas, actores y celebrities de todo tipo. Ostras, caviar, king crab… su restaurante gastronómico, que cuenta incluso con zona VIP para garantizar la tranquilidad de sus clientes más exclusivos, ofrece, en pleno paraíso virgen ibicenco, los productos más codiciados del mundo.

Cuando una comida en un chiringuito frente al mar se inicia con una cata de aceite de oliva virgen, nuestras expectativas se disparan. El aroma y el sabor nos hablan de una materia prima cuidadosamente seleccionada. Pero aún hay más: acompañamos el aceite con una pizca de ‘kala namak’, una sal sulfurosa procedente del Himalaya, y a continuación, mojamos un poco de pan. Sorpresa: esta combinación juega por completo con nuestro sentido del gusto y, si cerramos los ojos, creeremos estar comiendo un huevo frito en lugar de un pedazo de pan blanco con aceite.

Tras esta divertida manera de inaugurar la comida, degustamos un trío de salazones maridados con sus sabores más antagónicos. Comenzamos con la sardina antxoada artesanal con hierbabuena; seguimos con una antxoa en salazón de Casa Santoña con fresas, para equilibrar su toque salado- y, por último, un bocado de lo más espectacular: sardina ahumada en madera de roble con higos de Ibiza.

Las ostras son otro de los ‘must’ del restaurante gourmet de Cala Bassa Beach Club. Las encontramos en carta elaboradas de un sinfín de maneras diferentes. Algunas de ellas llaman especialmente la atención, a pesar de su sencillez. Es el caso de la famosa ostra France Speciale nº 2 con huevas de trucha del Pirineo, de la ostra con trufa blanca de Soria, o de la que se degusta acompañada de falso caviar de Módena con germinado de pimienta. Y aún nos disponemos a probar otro exquisito molusco: las almejas cocinadas en salsa de cava.

Continuamos con un tartar de trucha de los Pirineos, ahumado con sus huevas y acompañado de una ensalada de algas.

El toque especial de este plato se debe a la forma de ahumarlo, proceso que gana en espectacularidad al ser elaborado por el cocinero frente al comensal. Para finalizar, degustamos un último fruto del mar: atún bluefinn balfegó con gastrique de lima, trigo sarraceno, algas y setas shiitake. Un plato perfecto para finalizar este festín gastronómico en el impresionante entorno natural de cala Bassa. Y por mucho que hayamos comido, no podemos castigarnos sin postre. Son varias las referencias dulces que componen la carta, aunque los más chocolateros quizás se dejarán seducir por el tradicional brownie con helado de vainilla: un clásico que nunca falla.

Caviar Per Sé de método tradicional iraní, cangrejo real, langosta mediterránea, foie mi-cuit, y los vinos y champanes más selectos del planeta… Los amantes de lo exclusivo encontrarán en este restaurante Gourmet un auténtico paraíso terrenal donde disfrutar de una experiencia completa, en uno de los enclaves más bellos de la isla. Y para quienes quieran gozar de una jornada en una de las playas con más encanto de la isla, sin necesidad de gastar más de la cuenta, CBbC Snack es la opción perfecta, con una selección de bocadillos, pizzas y hamburguesas de calidad y para todos los bolsillos.

En el punto medio se encuentra CBbC Chiringo, el restaurante que más alarga la temporada de los tres (permanece abierto desde marzo hasta final de octubre). En él se sirven deliciosas especialidades mediterráneas e ibicencas, entre las que destacan el famoso bullit de peix, distinguidos arroces y los pescados de la zona: gallo, rotja, mero, etc. El ambiente más cool y uno de los paisajes más impresionantes de la isla son el denominador común para cualquiera de las tres experiencias gastronómicas que propone Cala Bassa Beach Club, que pueden ser acompañadas de todo tipo de actividades acuáticas, un relajante masaje, una siestecita en una cómoda hamaca o en una cama…

Hasta podemos quitarnos el gusanillo de comprar algún recuerdo en alguna de sus tiendas. Cala Bassa Beach Club es mucho más que un chiringuito, es una de las experiencias playeras más completas y atractivas de la Isla Blanca.