3 Agosto, 2016
Laia Antúnez
Trabajan en el mercado de Palafrugell (Girona) vendiendo pescado y desde hace unos meses han abierto el restaurante Detres, en pleno centro de la localidad. Se trata de un proyecto familiar, dirigido por dos hermanos y su padre, con una propuesta culinaria muy clara: ofrecer pescado de calidad durante todo el año y una cocina mimada que nos hará sentir como si comiéramos en casa.

En verano apetece hacer una escapada al Ampurdán, recorrer las calas de la Costa Brava y comer pescado de calidad. Si nos acercamos a Palafrugell, localidad natal del escritor Josep Pla, encontraremos el restaurante Detres, un negocio familiar que abrió hace poco más de medio año y que, comandado por Laura y Marc Saló, junto con su padre, Joan Miquel, lleva la esencia del pescado arraigada en su ADN. 

Los tres provienen de una familia de pescaderos que, a día de hoy, conserva una parada de venta de pescado en el Mercado de Palafrugell. "La parada del mercado la fundó nuestro bisabuelo, nuestra abuela era cocinera, nuestro abuelo era pescador, nuestros padres han vendido siempre en el mercado y nosotros dos también. Toda la vida hemos tenido este vínculo con el pescado fresco y con el mercado", dice Marc Saló.

De hecho, durante el día siguen trabajando en la parada y al atardecer ponen en marcha el restaurante, ubicado en un antiguo edificio con paredes de piedra y arcos de vuelta que a lo largo de los siglos ha funcionado como prisión del somatén, vicaría y almacén municipal, entre otros usos.

Sencillez marinera

Con esta tradición familiar, es lógico que su propuesta gastronómica apueste por el pescado, traído desde las aguas de Palamós y Llançà directamente a la mesa. Pero esto no es todo y en su carta, que no es demasiado extensa pero está muy cuidada, proponen también algunos platos para compartir y carnes que, igual como hacen con el pescado, preparan a la plancha o en una brasa de carbón de encina. "Si el producto es de calidad, no se necesitan muchos artificios", dicen. 

Si nos fijamos en los entrantes vemos una clara influencia marinera y pequeños guiños a la cocina asiática. "Es lo que comemos nosotros en casa, lo que nos gusta y la comida en la que creemos, por eso nos es más fácil cocinarla con amor", dice Laura que es quien controla los fogones en el Detres. Encontramos, entre otros, mejillones tigre, anchoa sin espina rebozada, buñuelos de bacalao y tortillitas de camarones, un plato muy efectivo que incorporaron a la carta después de viajar por tierras gaditanas. 

No nos olvidamos de las croquetas, caseras y cremosas. Podemos probar un surtido: de gamba y merluza, de calamar, de bacalao, de cocido, de jamón,... El toque asiático lo dan las gyozas de carne , langostino y puerro y los wontón de carne con salsa de soja picante.

Pescado, pero también carne

Teniendo la localidad de Palamós tan cerca, en la carta no podía faltar la preciada gamba llangostinera de Palamós que sirven en tempura, salteada o rebozada con panko y acompañada de parmentier y salteado de verduritas. También encontramos cigalas de Palamós a la brasa, anémonas en tempura y pulpitos salteados. Y, tal y como decíamos, nos ofrecen la posibilidad de elegir entre diez propuestas diferentes, según mercado, de pescado fresco hecho a la plancha o a la brasa.

"Si vienes a Palafrugell, tienes que comer un arroz", nos dicen, y en el Detres lo preparan a la cazuela con salchicha, costilla y cigala. Si nos apetece, también podemos añadir anémonas y llongos. Para los que disfruten con este punto carnívoro, su fideuá mar y montaña es una buena alternativa. También lo es el pollo de payés con cigalas, un plato tradicional catalán. Y si solo queremos carne, no hay problema, puesto que también nos ofrecen varias opciones a elegir, según mercado, además de secreto ibérico, magret de pato y pies de cerdo.

Para cerrar el ágape, nos proponen unos postres que son el sueño de cualquier amante del dulce más adictivo: las texturas de chocolate. Un plato que incluye helado de chocolate, brownie, mousse de chocolate y cardamomo, sopa de chocolate, crumble de galleta, mousse helada de chocolate y ganache de menta. Todo casero, igual que el pastel de queso con coulis de papaya, que se presenta como una opción más ligera.

En este proyecto, que tal y como su nombre indica, es una cosa "de tres", Marc, Laura y Joan Miquel lo tienen claro y centran todos sus esfuerzos en ofrecer producto de calidad, sea carne o pescado. Son gente de mercado, profesionales con criterio que conocen el producto de cerca y que han trasladado esta experiencia a la cocina, con unos resultados que, sin duda, harán que nuestra visita en Palafrugell haya valido la pena.

Carrer Giralt i Subirós, 3
Palafrugell Girona
España

972 30 37 03

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